Joan Laporta tomó las riendas del Fútbol Club Barcelona el pasado 7 de marzo. Después de unas elecciones donde partía con gran ventaja por su popularidad, el recuento de votos dejó claro lo que ya se preveía: la masa social azulgrana le quería al frente del club para recuperar el éxito y dejar atrás la etapa de Bartomeu. Arreglar el -mal- trabajo de la anterior Junta Directiva era la principal tarea de su equipo de gestión. Sin embargo, meses después, la crisis continúa. La excusa empleada por el dirigente es achacar los problemas a lo hecho en el pasado.

La labor de Bartomeu al frente del club, como ha quedado contrastado, no fue la adecuada. El presidente, además de estar involucrado en diferentes conflictos judiciales como el del Barçagate, acometió fichajes desorbitados, renovaciones con salarios imposibles de pagar e innversiones que acabaron con la viabilidad de las cuentas azulgranas. Por si fuera poco, maquilló los presupuestos con previsiones que no se han cumplido en ninguno de los casos.

El Barça, tras el último año de Bartomeu, se ha quedado con cifras negativas en todas sus cuentas. El detalle más evidente que lo refleja es que durante la temporada 2020/2021 el Barcelona tuvo más pérdidas que todos los clubes de LaLiga juntos. El equipo del anterior presidente, en sus análisis, fijó unas pérdidas de 50 millones de euros. Sin embargo, la Due Diligence realizada con Laporta como presidente confirmó que en realidad se habían acumulado más de 480 millones de euros en pérdidas.

Laporta y Rafa Yuste en el palco del Camp Nou antes del partido Reuters

Laporta, como era de esperar, volvió contra Bartomeu: "La situación real en la que se encuentra el club es consecuencia de la herencia recibida por parte de la gestión nefasta del pasado, que implica un endeudamiento insostenible". Una frase que ha repetido hasta la saciedad y que, tras el fracaso en la Champions League, ha vuelto a recuperar para calmar los ánimos de la afición.

"El problema es que tenemos unos contratos heredados, muy elevados de la plantilla del primer equipo, que no nos da margen salarial", subrayó en su primera declaración tras la eliminación en competición europea. "Aun así, estamos buscando la fórmula para mejorar el primer equipo este mercado de invierno", insistió. Una estrategia para tapar el mal inicio de Xavi Hernández, pero que no está logrando salvar la imagen de éxito que siempre rodeó al presidente.

A pesar de la clara mala gestión de la anterior Junta Directiva, los resultados y decisiones confirman que Joan Laporta ha acumulado también errores. Desde la gestión deportiva con las dudas y posterior cese de Ronald Koeman, hasta los fichajes realizados en verano que no han acabado dando resultado al conjunto catalán sin olvidar la salida de Leo Messi. De este movimiento, igualmente, culpó a Bartomeu.

El adiós de Messi

La salida de Leo Messi contó con numerosas versiones. A pesar de que tanto Laporta como el jugador dieron diferentes ruedas de prensa para explicar lo sucedido, las versiones no encajaron del todo. En el caso de Joan Laporta, porque siempre repitió que fue LaLiga la que impidió la vinculación con Leo por las limitaciones económicas.

"Desafortunadamente, hemos recibido una herencia nefasta. Y esto ha provocado que el club, la masa salarial deportiva represente un 110% de los ingresos totales del club. No tenemos margen salarial. Las normas que rigen la Liga Española pasan por un Fair Play Financiero", indicó en su día cuando detalló la operación de Messi.

El día de la presentación de Leo Messi con el PSG REUTERS

Una teoría que desde la competición desmintieron, puesto que sí había capacidad para contratar al argentino siempre y cuando se descartaran otras opciones como las llegadas de Agüero, Eric García o Memphis Depay. De esta manera, el Barça habría retenido a su jugador estrella, aunque sin incorporar a tres jugadores que pese a llegar libres sí que influían en la masa salarial del equipo.

Por lo tanto, como confirmó la patronal, la salida de Leo Messi no fue exclusivamente por razones económicas y, por ende, consecuencia de la gestión de Josep Maria Bartomeu. Un fallo que Joan Laporta ha intentado tapar con las diferentes versiones compartidas con los medios y que, como reflejan los resultados, está siendo una de las razones de la falta de éxito del equipo.

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