España camina hacia la normalidad en el mundo de deporte. Después de más de un año sin público en los estadios y tras la reducción de restricciones a final de la temporada pasada, el Gobierno dio un paso de gigante en la ampliación de aforos. Tras el acuerdo en el Consejo Interterritorial, se acordó situar en un máximo del 60% de aforo en recintos exteriores para situarse como tercer país con mayor capacidad de aficionados entre las grandes ligas europeas.
El cambio de criterio de España era una reclamación cada vez mayor en el sector deportivo. Especialmente a la vista de los últimos datos sanitarios y de vacunación. Sin embargo, la decisión del Ejecutivo se hacía esperar cada vez más. Finalmente, y dejando en manos de cada Comunidad Autónoma reducir el porcentaje de aforo permitido, La Liga contará con una de las medidas de restricción más ligeras de las principales competiciones europeas.
Todo comenzó en mayo. El Consejo Superior de Deportes, quien tenía las competencias del público en competiciones profesionales, mostró desde un primer momento su intención de terminar la temporada 2020/2021 con algo de público en los estadios. El tiempo se echaba encima y la tercera ola retrasó el regreso de aficionados. Sin embargo, a dos jornadas para el final, llegó la esperada noticia después de varios cambios de postura entre los ministros.
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Rodríguez Uribes, por entonces ministro de Cultura y Deportes, anunció la vuelta del público a las ligas profesionales de España. Es decir, a La Liga y a la Liga Endesa de baloncesto. Las medidas abrían el camino hacia la normalidad, pero no terminaron de gustar. El límite sería de un 30% de aforo, siempre y cuando no se superaran 5.000 espectadores y solo en territorios en Fase 1. El desenlace de la competición quedó algo desvirtualizado mientras algunos campos lucían público y otros seguían con el cerrojo. Dos jornadas después, la máxima categoría despidió la temporada.
Toda la atención estaba puesta ya en la nueva campaña. Y eso mientras en la Eurocopa La Cartuja admitía a 16.000 espectadores o Wembley, sede de Reino Unido, aceptaba hasta 60.000 en los últimos partidos del torneo. José Manuel Franco dejó caer en verano que podría haber un 70% de público, pero el inicio de la competición llegó con la limitación del 40% y siempre permitiendo a los gobiernos autonómicos una reducción.
El gran avance, sin embargo, era que no había límite de personas. El Gobierno eliminó de su protocolo una cifra máxima de espectadores y lo dejó todo en función del porcentaje. Una medida más equitativa y que venían reclamando otras autonomías. Además, se mantenía la distancia de seguridad y la obligación de llevar mascarilla en el interior de las instalaciones. Ese protocolo se revisaría a finales de agosto y las mejores previsiones se cumplieron.
Tras la reunión de la Interterritorial, España aumentó hasta el 60% el aforo de los estadios exteriores y dejó en un 40% el de interiores. Un aumento del doble con respecto a hace unos meses y que sitúan a La Liga como la tercera competición con mayor porcentaje de aforo permitido entre las grandes europeas. Una de las claves está en el porcentaje de población vacunada, pues España tiene un 72,6% con la pauta completa, frente al 75% de Portugal, y alrededor del 60% que mantienen Alemania, Francia, Italia y Reino Unido.
La Premier domina, Portugal aguanta
Si La Liga se sitúa ahora en tercera posición con ese 60%, por delante tiene a Francia y Reino Unido. La Premier League es sin duda la competición menos restrictiva tras la decisión del gobierno de Boris Johnson. Una actitud aperturista respecto a la Covid-19 que ya se pudo comprobar durante la Eurocopa con el estadio de Wembley repleto y sin grandes medidas de distanciamiento social.
La Premier cuenta con el 100% de los aforos y no obliga a portar ni mascarilla ni a mantener distancia de seguridad con un 63,2% de población vacunada al completo. Por lo tanto, es la plena normalidad de los aficionados al fútbol. Un regreso a 2019 antes de la aparición de la pandemia que también supone un extra a la hora de vender su competición. Por detrás se sitúa Francia, también con un 100% de aforo permitido, pero con más restricciones que los británicos.
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El país galo requiere un certificado de vacunación para acceder a las instalaciones deportivas. En caso de no tenerlo, es obligatorio presentar una prueba negativa de coronavirus. Francia tiene 60,5% de su población con la pauta completa, menos que España, pero ha apostado por el regreso masivo de los aficionados en estas condiciones. Además, también permite que haya público visitante.
Por debajo de España, que se situaría tras estas dos competiciones, están la Bundesliga, la Serie A y la Primeira Liga de Portugal. La liga alemana tiene un 50% de aforo, pero cuenta con restricciones que recuerdan a la primera fase de España: solo puede haber un máximo de 25.000 espectadores y si la incidencia supera los 35 casos por 100.000 habitantes se debe cerrar el estadio. El Bayern Múnich - Hertha, por ejemplo, tuvo ese tope de 25.000 espectadores pese a que el Allianz Arena tiene aforo de 75.000 butacas.
La Serie A es algo menos restrictiva, pues apuesta por el 50% de aforo siempre y cuando se presente el certificado de vacunación, se haya superado la Covid-19 o se muestre un test negativo de coronavirus. Teniendo en cuenta que durante la Eurocopa permitieron un 25%, el crecimiento también es del doble como en su día hizo España. Y Portugal, pese a tener un 75,6% de población con pauta completa, se ha pasado el 33% al 50% en un ligero aumento.
Por lo tanto, la normalidad en las gradas del mundo del deporte está cada vez más cerca. Y España, que se había quedado algo atrasada en la actualización de medidas, pone rumbo al aumento constante del aforo sosteniéndose en el crecimiento de población vacunada con pauta completa.
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