El duelo entre Italia y España se marchó a la prórroga tras un empate a uno en los 90 minutos reglamentarios. Sin embargo, no lo hizo sin polémica. El bando español reclamó un posible penalti de Chiellini por mano que hubiera supuesto la pena máxima y, por tanto, podría haber evitado llevar el duelo a la prórroga. El colegiado, pese a las reclamaciones, no señaló nada.

La acción se produjo con España completamente volcada al ataque. El cuadro de Luis Enrique había empatado por medio de Morata y veía opciones de sentenciar la semifinal sin tener que alargar el encuentro en la prórroga. La Selección acumuló muchos jugadores en la frontal y buscó un balón al hueco. Chiellini, ya apoyado en el suelo antes de que le diera el esférico, frenó cualquier oportunidad de gol.

El veterano italiano, bien por casualidad o por inteligencia sobre el césped, cortó ese balón con la mano aparentemente sin intención alguna y después de que llegara de un rebote propio. La acción fue muy protestada por los jugadores de la Selección, que reclamaron al árbitro que señalara la pena máxima ya en el minuto 90. Sin embargo, el colegiado no cedió y se mantuvo férreo en su decisión inicial: no había mano ni penalti.

El VAR tampoco llegó a intervenir y los jugadores españoles tuvieron que olvidarse de la polémica para centrarse en el juego. El duelo acabaría en empate y obligaría a ambas selecciones a pelear por un puesto en la final en el tiempo de la prórroga. Felix Brych, árbitro experimentado en competiciones como la Champions, controló la situación y evitó que se generara excesiva polémica en un partido sin demasiada intervención del colegiado.

La acción pudo cambiar por completo el desenlace de las semifinales. Un partido que España lideró desde el inicio y que Chiesa desniveló con un golazo a la contra. El delantero, con el interior, la colocó con rosca imposible para Unai. Poco después, y tras salir desde el banquillo, salió Morata para definir a la perfección una asistencia de Dani Olmo. Ya sin tiempo, y después de esas quejas por el penalti, la Selección tuvo que centrarse en su tercera prórroga seguida.

La polémica de las manos

La IFAB, a la vista de las diferencias de criterio que había con las manos señaladas, decidió antes de la Eurocopa emitir varias explicaciones que resumían fácilmente los supuestos a señalar. El organismo definió que "no todos los contactos del balón con la mano o el brazo constituyen infracción" y distinguió entre voluntaria e involuntaria.

La involuntaria, la más polémica, depende de la posición del brazo: si está en posición natural o antinatural. Y concretamente destacaron que será antinatural cuando "no sea consecuencia del movimiento de su cuerpo en esa acción concreta o no se pueda justificar por dicho movimiento".

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