Noche del 7 de marzo de 2021. El Barça encaraba las últimas horas para confirmar el ganador de las elecciones. Iban a tener nuevo presidente. Los meses de la Junta Gestora llegaban a su fin. Y el sucesor de Bartomeu, con el duro trabajo de hacer olvidar esa etapa en el Barcelona, estaba más cerca de anunciarse. No hubo sorpresas y Joan Laporta obtuvo un amplio respaldo de la masa social culé. Comenzaba entonces un nuevo proyecto que, a su vez, implicaría el cese de grandes rostros del organigrama blaugrana. La 'limpia' de Laporta tenía que dar sus primeros pasos.

Un proceso habitual en cualquier entidad, no solo deportiva, cuando el alto cargo cambia. Pero que, además, en el caso del Barcelona se venía conociendo desde hacía meses. Y es que desde la dimisión de Bartomeu y la convocatoria de elecciones, los principales cargos del club catalán sabían que sus respectivos despidos iban a ser cuestión de tiempo. Especialmente aquellos con gestión de cara al público, como pudiera ser la dirección deportiva, el puesto del CEO o los responsables de las diferentes secciones que engloba el Barcelona.

Joan Laporta, en el palco del Parque de los Príncipes EFE

Los dos primeros despidos se producían a finales de marzo. Laporta decidía prescindir de los servicios de Albert Soler y Gómez Ponti, pesos pesados durante la etapa de Bartomeu. El primero, ahora nuevo director general del Consejo Superior de Deportes, había ascendido hasta ser el responsable de las secciones profesionales del Barça. En sus manos quedaban las diferentes disciplinas que forman parte de la oferta azulgrana. El segundo, cuyo nombre era menos conocido, quedó completamente señalado por el estallido del 'Barçagaye'.

Gómez Ponti era, hasta ese momento, el responsable de los servicios jurídicos del club. Su trabajo en el club había sido puesto en duda, pero especialmente cuando acabó detenido durante algunas horas junto a Bartomeu o el CEO Óscar Grau. No tenía mayor recorrido en el Barça y Laporta quiso cerrar el mes de su vuelta al club sin 'señalados' en su organigrama.

Cargos como el de Óscar Grau se modificarán en las próximas semanas tras finalizar la temporada. Y, como ese, muchos otros puestos en los que Laporta no quiso realizar modificaciones con la campaña todavía disputándose. Será este verano cuando el proyecto del nuevo presidente se instaure al cien por cien en la estructura azulgrana.

Cambios claves

Más allá de modificar los cargos de dirigentes, Laporta también ha apostado por una renovación en las diferentes secciones. Por ejemplo, en el balonmano, donde cesó a Barrufet tras 37 años en la entidad azulgrana. Un cese que sorprendió y que generó las primeras críticas a Laporta entre los aficionados. El nombre del veterano será sustituido por Xavier O'Callaghan, que estaba en las oficinas del Barça en Nueva York.

Sin embargo, Barrufet será uno más: Xavi Pascual tampoco seguirá como técnico y le sustituirá Antonio Carlos Ortega, exjugador azulgrana y técnico actual del Hannover. Y misma mecánica se seguirá en el fútbol sala, donde Andreu Plaza ha conocido que no seguirá como entrenador, mientras que Jordi Torras será quien dirija la sección que tanto conoce.

Homenaje a Juan Carlos Navarro Agencia EFE

En el baloncesto, igualmente, Laporta también ha optado por un cambio importante. Nacho Rodríguez, siempre bajo la lupa de las crisis azulgranas, fue cesado. Y Juan Carlos Navarro, mito del baloncesto nacional y del culé, fue designado como máximo mandatario de la sección.

Con todas estas modificaciones, se está a la espera de conocer el futuro de Ronald Koeman. Sería un nuevo cambio importante en la estructura del club, pero la decisión final no se conocerá hasta la próxima temporada. Laporta no descarta dejarle un año más de contrato al holandés, evitando así pagarle el finiquito, y supondría mantener la línea maestra de la sección de fútbol.

Dos secciones con apoyo

Frente a los cambios para renovar secciones, se encuentra la confianza plena en otras tantas. Concretamente en dos como el baloncesto y el fútbol femenino, que atraviesan un buen momento de forma en lo que a los banquillos se refiere. En el caso del baloncesto, la llegada de Jasikevicius parece haber puesto fin a una crisis constante en el puesto de entrenador. El lituano tiene el respeto de jugadores y aficionados, y además los resultados están siendo positivos con su llegada a la Final Four siete años después como obra cumbre.

En el femenino, de igual manera, se firmó la renovación de Lluis Cortes como entrenador a principios de mes. Una ampliación de contrato hasta 2022, pero con opción de alargarse hasta 2023. Su dominio en la liga, y su golpe en el futbol continental en competiciones como la Champions, respaldan un proyecto que ahora tendrá al Real Madrid también como rival.

Laporta ha ido adaptando su nuevo equipo de confianza y por delante quedan semanas para consumar esa 'conquista'. Cambios constantes, muchos de ellos en la plantilla del primer equipo, con el objetivo de recuperar los triunfos deportivos a la par que se alcanza cierta estabilidad financiera.

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