Han pasado 181 días desde la última vez que Ansu Fati pisó un campo de fútbol. Fue el pasado 7 de noviembre, el día que una entrada de Aissa Mandi le rompió el menisco interno de la pierna izquierda durante un Barça - Betis en el Camp Nou. Desde entonces ha vivido un calvario que le ha hecho pasar varias veces por el quirófano, la última de ellas este jueves.

Ansu viajó acompañado de su padre Bori Fati hasta Portugal, en concreto Oporto, para someterse a una artroscopia, una extirpación parcial del menisco. El delantero español se ha puesto en manos del doctor José Carlos Pinto Noronha, prestigioso médico por el que ha pasado Cristiano y que comparte representante con Fati y el propio Ronaldo, Jorge Mendes. Se espera que esta sea la intervención definitiva.

El objetivo que se ponen todas las partes, club y jugador, es llegar a tope para el inicio de la pretemporada con el primer equipo. La Eurocopa y los Juegos Olímpicos se dan por perdidos de cualquier manera y es que, al menos, deberá pasar otros dos meses más de baja hasta volver a incorporarse al equipo.

Ansu Fati, lesionado en el Barcelona - Betis de La Liga fcbarcelona.es

EL ESPAÑOL ha contactado con especialistas de la rodilla para responder a las preguntas que surgen del 'caso Ansu Fati'. ¿Por qué no se ha recuperado bien? ¿Por qué se suturó y no se extirpó parcialmente el menisco desde un principio? Estas dos son algunas de las cuestiones que se hace todo aficionado culé y aquí están las explicaciones.

Se tenía que intentar la sutura del menisco; si salía bien se garantizaba la salud futura de su rodilla

Hay que empezar por el principio y para ello hay que remontarse al 9 de noviembre, dos días después de la lesión, cuando Ansu se sometió por primera vez a una operación dirigida por el doctor Ramón Cugat. Entonces extirpar no era una opción. "Se tenía que intentar la sutura del menisco. Si cicatrizaba se garantizaba la salud futura de su rodilla y si fallaba -algo más común de lo que puede parecer- se perdía un tiempo recuperable por su edad", dicen los expertos.

Los meniscos actúan como un amortiguador que estabiliza la rodilla y permite que el movimiento se realice de manera uniforme. Es importante conservar los meniscos porque su carencia, aunque sea parcial, ocasiona inestabilidad y con ello un desgaste progresivo del cartílago articular y la aparición precoz de artrosis en la rodilla.

No había por qué ser pesimista ya que los jugadores jóvenes como Ansu, que tiene 18 años, "suelen tener unas roturas meniscales más limpias". "Estos meniscos tienen más posibilidades de cicatrizar al ser suturados". Pero el resultado no fue ese, quizás por correr demasiado a la hora de realizar la primera intervención, tal y como han ido apuntando algunos otros expertos con el tiempo.

Las complicaciones

Lo que en un principio eran cuatro meses para verle de regreso, coincidiendo con la eliminatoria de Champions contra el PSG, se acabó alargando porque la rodilla no curaba bien: "Que el jugador tuviera episodios de inflamación durante el mes y medio que estuvo sin apoyar era reflejo de que el menisco no estaba cicatrizando adecuadamente".

Entonces, ya en enero, empezó la controversia sobre si era mejor extirpar o buscar otras vías mientras el jugador había iniciado ya la rehabilitación. Se optó por lo segundo, con un tratamiento biológico a cargo del mismo doctor que le operó, Ramón Cugat. Aquello fue un pequeño paso atrás porque el jugador tuvo que volver a la piscina para fortalecer su rodilla izquierda.

Sin Euro ni Juegos

En aquella decisión que se tomó a comienzos de año estuvo la clave que le hace ahora perderse Eurocopa y Juegos. "Si esto -extirpar parcialmente el menisco- se hubiera planteado en enero, aún estaría a tiempo", pero la prioridad seguía siendo evitar esta intervención, que en un jugador de 18 años puede traducirse en reducir su vida deportiva por el desgaste que sufrirá el cartílago y los riesgos de poder padecer artrosis en la rodilla.

Para desesperación de Ansu el tratamiento tampoco funcionó, reapareciendo el dolor cuando debía volver en abril, y se comenzó la búsqueda de una solución final. Junto a su familia viajó a Lyon, donde se vio con el gabinete médico de Bertrand Sonnery-Cottet; se reunió con otro especialista, el doctor español Antonio Maestro, y por último visitó a Pinto Noronha, el elegido para su última operación.

La decisión final

Antes de llegar al punto actual se dio un último intento al tratamiento conservador, forzando la rodilla para ver su respuesta, pero el dolor persistía: "Si pasados tres meses de la suturación el menisco aún duele, se inflama la rodilla y produce líquido es porque no ha curado". En ese escenario solo queda una alternativa: realizar la artroscopia y retirar los restos del menisco no cicatrizado: "Volvemos al principio, pero en dos meses el futbolista podría volver a jugar", dicen los especialistas.

Ansu Fati espera que esto sea el final del infierno que le ha tocado vivir durante el último medio año, haciéndole recordar el drama que fue romperse tibia y peroné cuando solo era un niño. Ahora le toca pensar en llegar a tope al comienzo de la temporada 2021/2022 y olvidarse de este calvario: "Es momento de acabar definitivamente con el problema".

Todavía es pronto para pensar en si esta dichosa lesión le quitará años de carrera, pero teniendo en cuenta lo rápido que avanza la medicina no hay que ser pesimistas. A corto y medio plazo no debería repercutir en el apartado físico cuando haya sanado. Lo que es seguro desde este jueves es que queda menos para poder volver a disfrutar de su fútbol en un terreno de juego.

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