La crisis del coronavirus, que ha prohibido la entrada de aficionados en los estadios españoles, ha dado mayor importancia aún a la gestión deportiva y económica de cada directiva. Acertar a la hora de vender, comprar y ofrecer se ha posicionado como una de las facetas determinantes para la supervivencia en tiempos de pandemia. Y el Valencia CF, con Peter Lim y Anil Murthy al frente, no es el mejor ejemplo.

El club de Mestalla atraviesa desde hace meses una delicada situación institucional. No hay confianza en la cúpula que lleva las riendas del club. Entre otras cosas, por los bandazos que se han producido en aspectos puramente deportivos como el de elegir al entrenador. Con el cese de Marcelino y posteriormente con el de Celades, este verano ha llegado Javi Gracia con el objetivo de darle una vuelta al panorama.

Sin embargo, no lo está teniendo fácil. Y no por cuestiones relacionadas con el rendimiento de sus jugadores, sino por las trabas impuestas desde las altas esferas de la entidad. Las decisiones tomadas por Lim y Murthy no convencen a nadie y ya se ha abierto una vía de desconfianza entre el cuerpo técnico y los mandatarios del Valencia.

Los datos hablan por sí solos. El Valencia necesitaba dinero este verano. Lo buscó en el mercado de fichajes y, a cambio de los traspasos, prometió fichajes para reforzar la plantilla y volver a Europa. Pero, pasados los meses y cerrado el mercado, el vestuario che solo ha sufrido pérdidas. Y, lo que es más grave, a un precio muy reducido.

Números muy bajos

Las negociaciones, en todos sus casos, no han sido del todo beneficiosas para el Valencia. Cinco grandes estrellas han abandonado la ciudad y apenas se han ingresado 74,5 millones de euros. Unas cifras muy inferiores a las que merecía cada jugador, tal y como reflejan los precios de mercado que estiman webs especializadas como Transfermarkt.

Ferrán Torres, con la camiseta del Manchester City mancity.com

Rodrigo, Ferrán Torres, Kondogbia, Coquelin y Parejo han sido los pilares valencianistas que han puesto punto y final a su etapa en el equipo. En todos los casos, las cantidades ingresadas son menores a las que se preveían según su valor en el mercado de fichajes. Todo ello en un verano donde, a pesar de no haberse cometido traspasos revolucionarios, sí que se han producido numerosas y costosas salidas de La Liga. Una situación de la que el Valencia no ha sacado provecho.

La gestión de Lim y Murthy, en términos de ventas, se ha traducido en una pérdida de 62 millones de euros. Cantidad que se ha dejado de percibir según el valor de cada jugador traspasado. Empezando por Rodrigo, cuya incorporación al Leeds ya fue llamativa y que se produjo a cambio de 30 millones de euros. Según el citado portal especializado, el español contaba con una valoración de 40 'kilos'.

Algo similar le sucedió a Ferrán Torres, aunque en su caso terminó de malas maneras también con la afición. El canterano quería cobrar más, ser capitán y contar con una importante jerarquía en el vestuario. Y finalmente se marchó al City previo pago de 23 millones, cuando en realidad costaba 45. El traspaso más adecuado, a nivel de cifras, podría ser el de Kondogbia, que recientemente se marchó a un Atlético que iba contra reloj en busca del sustituto de Thomas y que, pese a ello, apenas pagó 15 millones por un jugador valorado en 17,5.

Coquelin y Parejo, ambos rumbo al Villarreal, tampoco cumplieron con lo esperado. 14 millones el primero y 20 el segundo, para acabar dejando solo 6,5 'kilos' en las arcas del Valencia con Parejo quedando libre. En total, menos de 75 millones de los más de 136 que se podían haber obtenido siguiendo el precio de mercado que se estimaba a cada jugador.

Ajustar las cuentas

El Valencia no ha pasado un verano nada fácil. Se sabía que la situación económica, como en el resto de clubes, era delicada. La pandemia del coronavirus estaba pasando factura y no solo a los más humildes. Los equipos de Primera, sin poder obtener ingresos por las entradas de sus aficionados, también han tenido que reducir gasto y buscar nuevas fuentes para mantener cierta estabilidad económica. 

Anil Murthy, presidente del Valencia Valencia CF

Tal ha sido la presión en las cuentas del Turia que se ha llegado a hablar de su ausencia en La Liga. Todo porque, debido a la falta de fondos, estuvieron muy cerca de no poder pagar los salarios de su plantilla. Y, sin cumplir este requisito, uno no puede inscribirse en la competición. Finalmente se sorteó esa zanja, pero había que seguir haciendo esfuerzos.

En el Valencia, eso pasaba por ingresar mucho y gastar muy poco. Tanto que ha sido igual a cero. Anil Murthy, presidente de la entidad, lo dejó claro tras el cierre del mercado de fichajes. Con una comparecencia el 6 de octubre, el Valencia aclaraba sus movimientos durante las anteriores semanas. Movimientos que no eran los prometidos a Javi Gracia y el cuerpo técnico.

"Bajar el coste de la plantilla para solucionar esta diferencia y, al mismo tiempo, reforzar el equipo". Eran los dos objetivos que tenían en la cúpula del club. Los ingresos, según sus cuentas, habían descendido de 200 a 100 millones de euros. Y esa diferencia había que suprimirla por medio de las ventas. "Al final no hemos podido conseguir el primer objetivo de bajar lo suficiente el coste de la plantilla", aclaró Murthy. Sin alcanzar esa primera meta, la segunda era imposible.

Tras el cierre del mercado, y semanas después cuando se ha certificado la salida de otra estrella como Kondogbia, el Valencia no alcanza los 100 millones en traspasos. Sin embargo, el hecho de librarse de fichas altas como la de Parejo sí que pueden haberle ayudado a moverse en las cifras previstas.

Peter Lim, presidente del Valencia. Getty Images

Lim no se va

El máximo mandatario del Valencia no cuenta ni con el apoyo de los jugadores, ni con el del reciente cuerpo técnico ni mucho menos con el de la afición. Está completamente solo y le piden que se marche. Sin embargo, y aunque por momentos haya parecido que esa opción era posible, Peter Lim no tiene en mente abandonar la entidad a corto plazo. Al menos eso se deduce de sus últimas decisiones.

Y es que el empresario chino, recientemente, compró 176.000 acciones del club valencianista. Frente a la crisis y a las críticas, Lim ha optado por aumentar su peso en la estructura de la entidad. Sus grandes rivales se siguen organizando, y el rumor de una posible venta se mantiene en el ambiente.

Una de las posibles salidas podría ser la de negociar con Andrea Radrizzani, empresario italiano que ya cuenta con el Leeds en su propiedad, que está obteniendo grandes resultados en la Premier League y que, además, ha hecho pública su intención de aumentar su flota de equipos con algún representante de La Liga.

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