El Barça ha remitido un extenso escrito a la Generalitat de Catalunya para que se pronuncie sobre si una vez declarado el estado de alarma y anunciadas las nuevas restricciones de movilidad en Cataluña se dan las condiciones legales y sanitarias para celebrar la moción de censura los días 1 y de 2 de noviembre.
Según ha informado la entidad azulgrana, el club ha adjuntado el nuevo protocolo con sede única en el estadio Camp Nou, debido a que el club no ha dispuesto de los 15 días necesarios para organizar una votación descentralizada como había pensado.
En la última reunión celebrada entre ambas partes, la Generalitat de Cataluña había trasladado al club azulgrana que no contempla "ningún impedimento de tipo legal ni sanitario" para que el voto de censura contra la directiva que preside Josep María Bartomeu "se pueda celebrar con seguridad en las fechas previstas", aunque todo quedaba a expensas de la evolución epidemiológica.
Josep María Bartomeu, durante el partido entre el Barça y el Sevilla
De esa forma, el Barça busca nuevas maneras para intentar que se retrase el voto de censura contra su directiva. Jose María Bartomeu, que tiene los días contados en el cargo después de que prospera la recogida de firmas impulsada por el precandidato Jordi Farré, sigue buscando las formas y las artimañas para retrasar un proceso que parece inevitable y que tiene sus fechas límites marcadas.
El propio Farré se expresaba hace tan solo unas horas para comunicarle al club que en caso de no cumplir esos plazos estaría dispuesto a denunciarles, debido a que estaban incumpliendo los estatutos del club donde vienen estipulados los pasos a seguir en caso de moción de censura contra el presidente existente y todo su equipo.
Celebración de Jordi Farré tras entregar los votos para la moción de censura en el FC Barcelona
Las pegas del Barça
No es la primera vez que el FC Barcelona intenta utilizar en su beneficio la situación sanitaria, ya que un miembro importante de la directiva como Jordi Cardoner, aseguraba que el Barça no tenía seguridad de poder celebrar este voto de censura dentro de las normas de seguridad sanitaria obligatorias. Esto fue rechazado por el propio Farré, que afirmaba que una entidad como el Barça disponía de recursos de sobra para llevarlo a cabo.
No obstante, la situación ahora ha cambiado drásticamente, ya que el gobierno ha decretado el estado de alarma, aunque las principales restricciones, especialmente de movilidad, serán impuestas por las comunidades autónomas. De esta forma, el Barça quiere que la Generalitat se pronuncie sobre la viabilidad de seguir llevando a cabo el proyecto, con la clara esperanza de que el gobierno de Cataluña lo paralice y le dé al club todavía más tiempo para seguir aferrándose a un cargo donde muchos ya no les quieren.
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