El pasado 1 de junio, el Wanda Metropolitano albergó la final de la Champions League. Una vez más, el partido decisivo de la máxima competición de clubes llevó a miles de aficionados a la capital de España. Los precios de los hoteles aumentaron -en parte por culpa de la elevada demanda-, pero esos no fueron los únicos precios que subieron.

Una tuitera denunció en la tarde del domingo que dos personas de nacionalidad inglesa se vieron obligados a pagar 30 euros por un par de cervezas. Aunque no se sabe si eran tercios, jarras o, en definitiva, la cantidad consumida, parece un precio excesivo.

Una forma sencilla de evitar esta serie de 'sablazos' es preguntar por el precio antes de adquirir un servicio o bien. Con esta técnica es más difícil que este tipo de 'estafas' se puedan llevar a cabo.

[Más información: Kinsey Wolanski y su carrera semidesnuda en la final de Champions: así evitó la seguridad]

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