El fútbol es el deporte más seguido en el mundo. Cada partido es seguido por aficionados que disfrutan o sufren con las victorias y las derrotas de su equipo. Sin embargo, este fenómeno ha hecho también que la violencia se introduzca y se haya convertido en una lacra en el panorama futbolístico a día de hoy. El último episodio se ha producido en Irlanda, donde un árbitro ha sido brutalmente agredido tras la disputa de un encuentro, vergonzoso acto que ha dado a conocer un fan irlandés.

Daniel Sweeney ha sido la víctima de esta paliza tras el duelo entre Horseleap y Mullingar Town. El colegiado irlandés fue atacado por varios de los jugadores el segundo de los conjuntos, que le atacaron en el aparcamiento y le partieron la mandíbula, lo que hizo que tuviera que ser trasladado de urgencia al hospital de Tullamore.

La Policía de Tullamore está investigando ya el ataque. Daniel Sweeney, a la espera de las conclusiones que pueda sacar la Policía, está recuperándose de las secuelas del ataque. Además de la fractura de la mandíbula, el árbitro sufre una lesión ocular y numerosos golpes provocados por la paliza.

Los árbitros, una víctima común

Los colegiados son, desgraciadamente, una víctima común en la violencia deportiva. Hace solo unos días, en España, un jugador del Ayamonte era ejemplarmente sancionado por este motivoDani Gómez veía como se perderá lo que resta de temporada tras la agresión al colegiado de su encuentro en la Primera Andaluza contra Los Rosales. Esta es la última de muchas agresiones que han sufrido los colegiados por todo el mundo, que también vio como tres mujeres árbitros sufrían los insultos de parte de la grada en el partido del San Cristobal. Ainara Acevedo, Ylenia Sánchez y Matilde Esteves eran las arbitros que sufrieron estas agresiones verbales, tras las que uno de los aficionados ha sido sancionado y no volverá a pisar el estadio en lo que resta de temporada.

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