Jasper Philipsen sigue intratable en el sprint y se lleva su tercera victoria en el Tour de Francia

El Tour de Francia tiene un rey de los sprints. Es indiscutible, no hay nadie más rápido en carrera ni con mejor estado de forma para las llegadas masivas que Jasper Philipsen. De 'Jasper disaster', a ser el dominador de las volatas de manera incontestable, porque volvió a imponerse en la séptima etapa con final en Burdeos. 

Es la tercera vez que el velocista belga levanta los brazos en este Tour de Francia. Las tres veces que una etapa ha terminado en un sprint, Philipsen ha sido el más fuerte y eso para su equipo, el Alpecin, es un éxito tremendo. Seguramente más de la mitad de las escuadras del pelotón terminen la competición sin victorias, pero el Alpecin ya lleva tres sobre siete posibles. 

Después de un día de respiro tras los fuegos artificiales vistos las dos jornadas anteriores, la fuga no tuvo esperanzas de llegar y el gran grupo preparó el final conjunto. Mark Cavendish trató de romper y sorprender desde lejos, pero se desfondó antes incluso de que Philipsen soltara el arreón final y terminó entrando segundo, así que se le sigue resistiendo el récord al británico.

Esperando al domingo

Una carrera de tres semanas debe tener tiempo para todo. En estos dos días anteriores habíamos presenciado un espectáculo de primer nivel entre los favoritos en la montaña, con ataques y respuestas de Tadej Pogacar y Jonas Vingegaard, así que ahora le volvía a a tocar el turno a los hombres rápidos, al igual que sucederá en Limoges antes de la llegada a Puy de Dôme el domingo.

Lo que sucedió con la fuga fue de lo más extraño. Se marcharon cuatro hombres por delante, pero uno a uno se fueron descolgando viendo que aquella escapada no tenía muchas esperanzas de llegar a meta. Sorprendente, especialmente por la gran exposición que da una fuga en el Tour de Francia, pero Guglielmi se quedó solo en cabeza. 

Más adelante, viendo que aún el italiano tenía algo de vida, Latour y Nans Peters saltaron del pelotón en busca de la aventura, más frescos que quien iba por delante, y aunque plantaron cara al pelotón no pudieron evitar ser neutralizados.

El gran grupo fue aumentando la velocidad a medida que se acercaba a la línea de meta y el sprint era un desenlace irremediable. Por suerte, en esta ocasión no hubo caídas, aunque tampoco hubo sorpresas con respecto a otros finales así. Esta vez ni siquiera hizo falta que Van der Poel le sirviera el triunfo en bandeja a su compañero de equipo, porque Jasper Philipsen se bastó él solo en los metros finales.

Philipsen, en pleno esfuerzo. REUTERS

Cavendish trató de sorprender antes de tiempo, sabiendo que en el cuerpo a cuerpo iba a ser difícil, pero la autoridad de Philipsen ahora mismo es demasiado grande como para pensar en batirle. Girmay se vio cerrado y nadie más pudo seguir la estela del belga, que sumó su tercer triunfo en el Tour de Francia.