Graves problemas para el Fenerbahçe. El presidente, Ali Koc, ha admitido en la televisión oficial del club que el conjunto turco (uno de los más poderosos en el baloncesto europeo) sufre una deuda de 8,5 millones de euros: "Le prometí a Zeljko Obradovic (el entrenador) que pagaría todo a tiempo, pero no tuvimos éxito y estoy realmente avergonzado con él. Nuestra primera acción fue el saldo de las entradas de la Final Four de Belgrado, que la gerencia anterior no había cumplido".

Koc llegó a la presidencia a principios de junio, en la cabeza de una de las familias más ricas de Turquía, con una fortuna estimada de 8.000 millones de euros. Sin embargo, se encontró con un equipo sumergido en las deudas, con hasta un total de 621 millones. Actualmente el agujero es de los citados 8,5 millones, pero desde el entorno de los fiscales se rumorea con que podría ser mucho más.

Sin soluciones

Se trata de un duro golpe para el Fenerbahçe, que en 2017 se alzó con la Euroliga (el trofeo más prestigioso del baloncesto europeo) y en 2018 perdió en la final ante el Real Madrid. Respecto a los contratos de sus jugadores, el alero italiano Luigi Datome, de 30 años, y el ala-pívot, también italiano, Nicolò Melli, de 27 años, poseen un salario bastante alto. Además, el hecho de que sus acuerdos sean de larga duración dificulta la posibilidad de deshacerse de ellos para paliar las cuentas.

Por si fuera poco, la escuadra ya ha fichado varios refuerzos de renombre, como son el ala-pívot francés Joffrey Lauvergne (de 26 años y procedente de los San Antonio Spurs), el base canadiense Tyler Ennis (23 años y desde Los Angeles Lakers) o el escolta búlgaro Yordan Minchev (19 años y del MZT Skopje). Por otro lado, el base estadounidense Brad Wanamaker se ha marchado a los Boston Celtics, de la prestigiosa liga NBA, y los también estadounidenses James Nunnally (alero) y Jason Thomspon (ala-pívot) no continuarán en el club.

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