En la pasada madrugada del lunes al martes, los Golden State Warriors cayeron contra los Los Angeles Clippers en un partido histórico. A los tres minutos de juego, el pívot DeMarcus Cousins se lesionó de gravedad en el cuádriceps -según informan en Estados Unidos hay temor dentro de la franquicia de que se lo haya roto-, pero eso no les frenó en su intento de conseguir una gran diferencia. Pese a los más de 31 puntos de desventaja, los de Doc Rivers acabaron remontando.

Los Warriors se mostraron afectados por lo que ocurrió en el primer cuarto. Además, el patrón del partido fue parecido en algunos aspectos al primero de la serie. Beverley ha conseguido desquiciar a Kevin Durant y el juego coral de los angelinos acabó recompensándoles.

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