Estados Unidos vuelve a ser noticia, otra vez, por el uso de armas de fuego. Un técnico de baloncesto de un equipo de instituto norteamericano disparó al padre de uno de sus jugadores tras las protestas de este por los pocos minutos que estaba jugando su hijo.

Se trata de Todd Myles, un entrenador de deportes del instituto Paul Anderson de Brooklyn, Nueva York. El hombre abatido, Christopher Hooks, fue a casa del técnico hace dos meses para comunicarle su malestar por la falta de oportunidades que Myles le estaba dando a su hijo en el equipo.

El agresor ha sido detenido esta misma semana, aunque los hechos se remontan al pasado 22 de diciembre. El técnico mintió a las autoridades y se excusó del delito afirmando que había sido otra tercera persona el autor de los disparos, según informa el New York Post.

La víctima no pudo reconocer al autor del disparo debido al grave estado en el que se encontraba tras recibir los disparos. Ahora, semanas después, cuando el hombre ya se ha recuperado y se encuentra estable, ha podido mostrar su versión de los hechos y presentar su declaración ante la policía, en la que señaló al entrenador como su único atacante.

El agresor se enfrenta ahora a cargos por el ataque a Hooks y por mentir a las autoridades en su primer relato de los hechos. El instituto ya le ha apartado de sus funciones tras calificar de "inaudito" la acción de su empleado, que llevaba desde 2013 trabajando en ese colegio sin registrar ningún incidente previo.

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