No quedaba un suspiro, menos incluso. Apenas 15 segundos de un partido agónico, de sube y baja, de tensión sin fin para una España, la de Sergio Scariolo, que al final encontraba rival serio en el Eurobasket. Acostumbra Croacia a darnos sustos y disgustos a partes iguales. Los disgustos parecen cosa del pasado, aunque los sustos... El último ha sido de órdago y suerte que estaba por ahí Juancho Hernangómez.

El de los Nuggets se está destapando en este Europeo con sus triples y su capacidad defensiva, aunque en este caso el protagonismo lo consiguió por su juego por encima del aro, por un tapón salvador a 14 segundos del final del encuentro sobre la penetración de Bojan Bogdanovic, la pesadilla que acercó a los croatas en el tramo final y puso un nudo en la garganta de toda la selección.

España sudó de lo lindo, se vio 10 abajo nada más comenzar y tuvo que remar, remar y remar. Remontó, volvió a caer en el luminoso, se levantó de nuevo de la mano de la segunda unidad -gran partido de Pierre Oriola y Joan Sastre- y tembló. Por un momento tembló. Cuando se despegó de cinco ya dentro del último minuto lo vio hecho. Tan hecho, que Bogdanovic se coló dos veces seguidas hasta la cocina.

Ahí entró a pista Juancho Hernangómez. Si claves fueron sus triples consecutivos en el debut para desengrasar los nervios, fundamental fue su acción defensiva ante Bogdanovic. Un jugador que crece sin parar en la selección y que está haciendo olvidar las ausencias en este Eurobasket, donde por ahora España sólo ha tenido un rival importante y Juancho lo ha conseguido frenar. 

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