Deporte y política son dos mundos aparentemente inconexos, pero que cada vez se encuentran uno más cerca del otro. Cada vez es más habitual encontrar a deportistas que rompen barreras y que se expresan como un ciudadano libre más. Respecto a esto hay opiniones para todos los gustos. Hay quien defiende la lógica libertad de los deportistas para expresarse como quieran, pero también está quien considera que por su posición dominante y de referencia, deben tener cuidado para no ser tomados como líderes de masas por su posición y no por sus ideas en sí.

Lo que está claro es que para ellos tampoco es fácil manifestarse y opinar, aunque cada vez se vea con más frecuencia y naturalidad. Sigue habiendo muchos que prefieren mantenerse en un segundo plano y ser considerados lo que son por su rendimiento deportivo, coincida o no en sus ideales con los que le admiran por lo que hace en la pista o en el campo.

De todas formas, figuras como la de LeBron James intentar romper esa barrera persiguiendo un fin que consideran mucho más importante que una idea política hacia uno u otro lado. El problema está cuando esos líderes deportivos pierden la perspectiva de su lucha y quieren adueñarse de una idea convirtiendo una defensa global en algo dogmático y totalitario. Es ahí donde su posición de liderazgo dominante en sus disciplinas les puede hacer descarrilar en sus buenos propósitos.

LeBron James, durante un partido de la NBA con Los Ángeles Lakers REUTERS

 

LeBron contra 'Ibra'

Uno de los últimos ejemplos de disputas entre deportistas y política es el que han vivido LeBron James y Zlatan Ibrahimovic, dos de los mejores en lo suyo de todos los tiempos y que son referencias mundiales en muchos países del mundo. Ambos se han enfrentado por este tema, el de si profesionales del deporte de máxima élite deben involucrarse de forma tan activa y directa, corriendo el riesgo de utilizar, de forma intencionada o sin querer, su posición relevante para darle más peso y más visibilidad a sus actos y a sus proclamas.

Hace unos días, Ibrahimovic decidió criticar el activismo político de la estrella de Los Ángeles Lakers. El futbolista sueco considera que es un error que cometen las estrellas el querer abanderar luchas políticas cuando adquieren una dimensión planetaria. Para él, es un signo de agrandamiento, de querer salirse de la disciplina en la que uno destaca y considerar que ese éxito deportivo se puede extrapolar a cualquier aspecto de la vida. Para 'Ibra', el que es bueno en el deporte no tiene por qué ser bueno en la política y, muchas veces, el fanatismo con las estrellas lleva a la gente a pensar que sí, que todo lo que hacen es positivo.

Esta crítica no le ha gustado nada a LeBron James que no ha dudado en responder al delantero del AC Milan y que también pasó por Los Ángeles, actual morada del 'rey', durante su periplo por la MLS. James se ha mostrado profundamente dolido por las palabras de Zlatan porque considera que no debe callarse si considera que hay injusticias como las que suceden con la lacra del racismo, tanto en Estados Unidos como en el mundo. LeBron cree que, gracias a su figura y a su dimensión, si él coge el altavoz de las quejas, pueden llegar más lejos y ser escuchadas por más personas para construir un mundo mejor. La estrella de los Lakers sabe de su poder y por ello quiere contribuir con él en una lucha tan importante porque predica por la igualdad.

Ibrahimovic en el calentamiento previo del partido frente al Estrella Roja EFE

Además, no ha dudado en atacar a Zlatan en una guerra que puede no haber vivido su último capítulo. Hace unos años, el propio Ibrahimovic criticó que en su país, él hubiera recibido más apoyo si su apellido fuera de origen sueco y no de origen bosnio, por su padre. A su manera, el delantero también hablaba de racismo. Hace unos días, el sueco padeció en Belgrado un episodio de racismo cuando un aficionado del Estrella Roja se metió con los orígenes bosnio-musulmanes de su padre.

EEUU, la referencia

Al hilo de este enfrentamiento, política y deporte se han vuelto a unir, para bien o para mal. Sobre este tema hay gustos para todos los colores, aunque lo que es innegable es que en Estados Unidos son la referencia mundial, un país acostumbrado a que sus deportistas vivan la política de forma candente e incluso sean protagonistas de su actualidad.

Muchos de los grandes deportistas norteamericanos se han convertido en líderes de proclamas políticas gracias a su marcado activismo. Algunos de los casos más reconocidos pueden ser el del propio LeBron James, el de Stephen Curry o el de Colin Kaepernick. Todos ellos no han dudado en mostrar abiertamente su opinión sobre algunos temas y han sido líderes de movimientos a los que se han unido otros compañeros.

Colin Kaepernick (en el medio) arrodillado durante el himno. Reuters

De hecho, durante el curso pasado, muertes como la de George Floyd o la de Breonna Taylor y lanzamientos de proclamas como el 'I can’t breathe' o el 'Black Lives Matter' provocaron que las protestas se extendieran durante casi toda la temporada en competiciones como la NBA, la NFL o la MLB, de manera que incluso se llegó a sopesar la idea de que se suspendieran las actividades como signo de gran protesta. Estos conflictos raciales pusieron de manifiesto el sentir de muchos deportistas y la unión de casi todos los miembros de las competiciones en torno a una defensa común, algo que no ha pasado en otras disciplinas.

La etapa en la presidencia de los Estados Unidos de Donald Trump también ha avivado el sentimiento político de muchos deportistas como el propio LeBron James, que siempre se mostró contrario con la gestión del expresidente, precisamente por considerarle un abandero del racismo. La estrella de los Lakers, quien guardaba una gran relación con Barack Obama, y muchos otros, celebró enérgicamente la última victoria de Joe Biden y tuvo uno de sus últimos motivos de protesta en los incidentes ocurridos en el Capitolio que se cobraron víctimas mortales debido al asalto provocado por los seguidores de Trump.

Este tipo de activismo político ha provocado que otras grandes estrellas del deporte hayan querido también comenzar sus propios proyectos políticos. Uno de los casos más relevantes ha sido el de Lewis Hamilton, quien quiso liderar una lucha que se le terminó yendo de las manos. El piloto inglés, con buen fondo y dudosas maneras, terminó perdiendo muchos apoyos entre sus compañeros y dentro de otras instancias de la Fórmula 1 por querer hacer una lucha mundial y global a su propia manera, poniendo, seguramente sin intención y llevado por esa sensación de liderazgo que le da ser el rey del 'Gran Circo', a él mismo por delante de la lucha.

Lewis Hamilton en el podio de Mugello con una camiseta reivindicativa REUTERS

Hamilton terminó señalando con el dedo a todo aquel que no se unía a su trinchera debido a la permisividad que la Fórmula 1 le dio durante muchos meses. En lugar de haber tomado las riendas de la causa como institución, le dieron todo el poder al británico desvirtuando la lucha en el año en el que más mensajes por la igualdad racial o por el respecto a los colectivos homosexuales se han visto de toda la historia.

España, sumada al cambio

A pesar de que Estados Unidos haya sido una referencia mundial en cuanto a la unión de política y deporte, hay que reconocer que cada vez es más frecuente ver como diferentes deportistas de todo el mundo y de diferentes países se unen a este cambio. Las redes sociales han contribuido a que esto sea así, ya que ahora es más fácil que nunca transmitir una idea política o una visión social sobre algo. Basta con coger un dispositivo y publicar un mensaje o una foto en el perfil personal para que sea visto por todo el mundo, compartido por los seguidores y criticado por los detractores.

Además, no solo la política está cada vez más presente en el deporte, sino que también la lucha contra las desigualdades sociales. En Italia, es muy famosa la iniciativa que se lleva realizando durante varios años para condenar la violencia de sexo, ya que durante una jornada del campeonato, todos los jugadores, técnicos y árbitros aparecen con la cara pintada de rojo para visibilizar este problema. En este caso, es una buena muestra de cómo la institución aborda el problema y lo hace extensivo a todos sus deportistas, creando una colaboración que alcanza cotas mundiales junto con la labor de la organización 'We World Onlus'. Sería muy extraño ver a Cristiano Ronaldo criticando a la Serie A y a diferentes compañeros por no seguirle en una protesta liderada por él solo por el hecho de preferir hacerlo de otra forma, algo que ha sucedido en la Fórmula 1 durante mucho tiempo.

En España también se han podido ver casos muy importantes en las últimas fechas de grandes deportistas que han decidido involucrarse en temas políticos. A pesar de que hace unos años podría ser más extraño, ahora es una práctica mucho más habitual. Los conflictos separatistas de Cataluña provocaron que muchos se pusieron en el centro del huracán tras mostrar sus opiniones o sus ideales políticos. Casos como los de Gerard Piqué son los más llamativos, a caballo siempre entre la independencia, el famoso 'derecho a decidir' y la presencia en la selección española. Otros como Guardiola han decidido quitarse la careta y mostrarse abiertamente a favor de la independencia después de haber defendido la camiseta de España durante tantos y tantos años. Y otros como Xavi, que de ser relacionados también con esta causa pasaron a la defensa del impoluto régimen político de Catar bajo una abundante lluvia de millones.

Xavi Hernández en Qatar

Sin embargo, ellos no han sido los únicos que se han 'pasado' a la política, aunque en su caso han tenido que ver más con sus propios intereses personales que con la defensa de la democracia y la unidad de todos los convivientes en el territorio. Ejemplos como los de los futbolistas Pepe Reina y Roberto Soldado, los tenistas Fernando Verdasco y Feliciano López, o el atleta Roberto Sotomayor son algunos de los ejemplos más famosos que a través de las redes sociales se han posicionado políticamente en los últimos tiempos, recibiendo parte del apoyo de sus seguidores y también muchas críticas. Ellos han actuado a título personal mostrándose partidarios o contrarios de las acciones de diferentes gobiernos y partidos, tanto estatales como autonómicos o municipales, expresando sus opiniones como cualquier ciudadano, pero dando vigor a una corriente cada vez más extendida y no tan habitual hace unos años.

El salto político

Todos ellos, de momento, se han limitado a manifestar sus ideas de forma pública, en comparecencias o lanzando algunos mensajes de diferentes formas, especialmente a través de redes sociales. Sin embargo, otros, a lo largo de la historia, han ido mucho más lejos y han decidido afrontar realmente sus convicciones políticas con todas las de la ley y se han atrevido a dar un paso realmente importante, el de meterse de lleno en la política.

Especialmente tras sus retiradas, muchos han decidido afrontar de verdad ese cambio y algunos han tenido verdadero éxito. Seguramente, dos de los exponentes más claros sean el exfutbolista George Weah y el boxeador Manny Pacquiao, quien todavía sigue en activo. Weah se pasó a la política y ahora es, desde el año 2018, presidente de su país, la República de Liberia, liderado al partido Congreso para el Cambio Democrático. Antes ya había sido senador, cargo que tuvo que dejar para afrontar la responsabilidad de liderar su país. Por su parte, Pacquiao es presidente nacional del Partido Democrático Filipino-Poder Popular y senador en Filipinas

Manny Pacquiao, durante una comparecencia política Twitter

En el mundo del fútbol han existido otros casos muy conocidos como el de Pelé, que llegó a ser ministro extraordinario de deportes entre los años 1994 y 1998 en Brasil, o el de Romario, que fue senador por Río de Janeiro en el Senado Federal de Brasil por el Partido Socialista Brasileño y que actualmente forma parte del partido centrista brasileño Podemos, antes conocido como Partido Laboralista Nacional. Y en el deporte en general, es también destacable el caso del ajedrecista Kaspárov, quien tras su retirada formó el movimiento Frente Cívico Unido y se unió como miembro de La Otra Rusia para luchar contra el mandato de Vladímir Putin, con quien no pudo pelear por el cargo general debido a la 'obstrucción oficial del estado', según señaló el propio Kaspárov. Ahora es presidente de la Fundación de los Derechos Humanos.

Estos son algunos de los casos más relevantes que se han producido en el mundo en los últimos años de grandísimos deportistas que han dado el salto a la política, aunque en España también ha habido infinidad de casos muy sonados como el de María José Rienda, quien fuera presidenta del Consejo Superior de Deportes y Secretaria de Estado para el Deporte, el de Ruth Beitia, que fue diputada en el Parlamento de Cantabria por el Partido Popular, o el de Pepu Hernández, portavoz del Partido Socialista, concejal en el Ayuntamiento de Madrid y candidato a la alcaldía de la capital de España. Como se puede ver, son muchos los casos de deportistas que se involucran en la política hasta terminar formando parte de ella, por lo que esta carrera, imparable, aunque Ibrahimovic crea lo contrario, sigue uniendo a dos mundos que hace no mucho parecían muy alejados.

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