De José Guirao se conocen perfectamente sus dotes de gestión, una capacidad de la que Màxim Huerta carecía por completo y por la que quizás haya sido la persona elegida para sustituir al periodista una vez ha dimitido como Ministro de Cultura y Deportes. Sin embargo, una vez más, Pedro Sánchez ha elegido a una persona sin vinculación profesional alguna con el deporte para una cartera que comparte la cultura y el deporte a partes iguales.

Un fraude a la Hacienda pública de más de 250.000 euros valiéndose de una sociedad pantalla entre 2006 y 2009 ha terminado de forma fulgurante con el nombramiento de Màxim Huerta, que apenas ha permanecido una semana en el cargo.

Un tiempo mínimo en el que no sólo se han aireado las cuentas pendientes que tuvo en su día con Hacienda sino también aquella serie de tuits en los que el titular de la cartera de deportes afirmaba no tener el más mínimo interés en el deporte. Eso sí, durante la semana que ha sido ministro de deportes ha disfrutado in situ del undécimo título de Roland Garros de Rafa Nadal, siendo el máximo representante del Gobierno de España presente en París.

Màxim Huerta junto a rey y a Julen Lopetegui.

Ahora, con el Mundial de Rusia a punto de echar a andar y con el fuego que se ha desatado en la selección española de fútbol tras la destitución de Julen Lopetegui a consecuencia de su fichaje por el Real Madrid, José Guirao llega al cargo sin ninguna relación previa con el deporte profesional y con muchos fuegos que apagar.

Nacido en Pulpí hace 59 años, Guirao ha vivido ligado al mundo de la cultura y su gestión desde que fuera responsable de Cultura en Almería en 1983. Desde ahí pasó por la dirección del Museo Reina Sofía o también por la dirección de La Casa Encendida o de la Fundación Montemadrid dedicada a la inclusión de personas con dificultades sociales y a la protección del medio ambiente y el patrimonio histórico.

Ni una sola referencia en su currículum al deporte, ni amateur ni profesional, lo que deja la mitad de su cartera en el mismo punto de partida de cada nueva legislatura, de cada cambio de gobierno en España desde el mismo comienzo de la democracia. Ahora, como ya sucediera con Màxim Huerta, la clave en lo que al deporte se refiere estará en quién ocupa la presidencia del Consejo Superior de Deportes como nuevo secretario de Estado para el deporte.

La dimisión de Huerta y el nuevo nombramiento de Guirao deja en el aire a todos los posibles candidatos que sonaron en algún momento. Vicente del Bosque, Pepu Hernández, Juan Antonio Corbalán o Marisol Casado siguen en la carrera por ocupar el puesto aunque la incertidumbre aumenta y los plazos se reducen, mientras que los desafíos se mantienen: la paz del fútbol español, el enfrentamiento en el baloncesto por las ventanas FIBA, el desarrollo de la candidatura catalana para los Juegos Olímpicos de invierno de 2030... Demasiados fuego para un ministro sin relación conocida con el deporte.

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