Si hay algo que identifica a la gastronomía de España, además de la clásica tortilla de patata, eso son las tapas. Tapear se ha convertido con el paso de los años en toda una tradición que ha conseguido sobrevivir al paso de los años, que es todo un arte y que incluso ha sido exportada a otros lugares del mundo. Irse de tapas es sinónimo de tiempo de relax, de terraceo y por qué no… también de tiempo con amigos.

Pequeños manjares perfectos para compartir momentos y para acompañar cualquier caña o bebida, en los que hay cabida para el queso, la paella, el jamón, un buen aceite de oliva, embutido… Además de una gran variedad de ingredientes más o menos modernos, que con el paso de los años han conseguido ofrecer una gran variedad de tapas y de sabores capaces de igualar a cualquier plato o menú elaborado. Tapas que han conseguido traspasar fronteras e incluso formar parte de libros de recetas pero ¿alguna vez te has preguntado sobre su origen?

¿De donde nace el término ‘tapa’?

Según la RAE, tapa es “una pequeña porción de algún alimento que sirve como acompañamiento de una bebida”. Una definición que podemos completar con sus posibles orígenes, que las relacionan en su mayoría con el acto de ‘tapar’ las bebidas en las antiguas tabernas con un trozo de pan, jamón o queso y con el fin de impedir que la suciedad o los insectos entrasen en el interior de la bebida, de forma que esta mantuviese así su sabor. Una de las muchas versiones al respecto, aunque no está claro si se trata de la verdadera, puesto que en ese caso los insectos o la suciedad irían a la tapa, lo cual tampoco sería lo más recomendable si se pretendía degustarla después.

Cierto o no este origen del término ‘tapa’, lo que está claro es que se trata de un término que ha ido evolucionando con el paso del tiempo y que puede que naciese también con el simple hecho de dar en los bares una ración pequeña a modo de cortesía y como acompañamiento de la bebida. Aún así, las leyendas sobre su origen son muchas y muy variadas, a continuación vamos a repasar algunas de las más destacadas.

Leyendas sobre el origen de las tapas

La historia de Alfonso X el Sabio

Una de las leyendas más conocidas del origen de las tapas está relacionada con Alfonso X el Sabio y nos traslada al siglo XIII. Una época en la que su médico le habría recomendado beber vino para recuperarse de una enfermedad, pero para ello le prescribió acompañarlo de pequeñas porciones de comida para evitar los efectos del alcohol. Una idea que finalmente le gustó tanto, que consideró oportuno hacerla de obligado cumplimiento en las tabernas de Castilla.

Remedio contra la borrachera

Muy similar a esa historia de Alfonso X el Sabio, es la que relaciona las tapas con los Reyes Católicos. Y es que los cuáles, a consecuencia de las constantes discusiones y peleas que se producían en las tabernas, optaron por obligar a los taberneros a servir las bebidas junto con un plato de comida colocado sobre ellas. Un plato que los clientes debían de acabarse primero y antes de comenzar a beber, para que su paso por la taberna no acabase directamente como el rosario de la aurora.

Remedio contra las moscas

Otra de las historias al respecto, cuenta que las tapas surgieron durante un viaje de los Reyes Católicos a Cádiz. Un viaje durante el que los reyes habrían parado en una taberna de San Fernando que estaba repleta de moscas. Debido a esto, el rey habría pedido al tabernero que cubriese su vaso con algún alimento que tuviese a mano. Un alimento que al final resultó ser un trozo de queso y que el dueño de la taberna le ofreció al rey diciéndole “aquí tiene su tapa, majestad”.

Para proteger la bebida de la suciedad

Algo muy similar es la versión que relaciona el origen de las tapas a Alfonso XIII y a su parada en el mesón Ventorrilo del Chato durante su viaje a Cádiz. Una parada en la que el rey decidió disfrutar de un vino de Jerez y en el que según cuenta la historia habría pedido una loncha de jamón para evitar que entrase en su vaso polvo o arena de la playa.

Una historia similar a la que las relaciona con Felipe II, quien cuando iba a visitar las obras del Monasterio del Escorial también hacía su correspondiente parada en las posadas y tabernas de camino, donde los taberneros le esperaban con una jarra de vino cubierta con una loncha de jamón para evitar que el polvo entrase dentro de la bebida.

Simple comodidad

Más allá de las historias que relacionan a las tapas con los reyes, también existen historias y leyendas algo más modernas en las que se cuenta que las tapas nacieron en los clubes privados de Sevilla, donde se pedían bebidas a los colmaos de alrededor y estas eran transportadas con sus correspondientes lonchas de jamón o queso a modo de tapa y por la simple comodidad de dejar una mano libre.

Almuerzo de los campesinos

Otra versión cuenta que las tapas nacieron en el siglo XIX como consecuencia de que los campesinos hacían un pequeño descanso a media mañana en el que acostumbraban a tomar un vaso de vino y una pequeña comida que facilitase la digestión.

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