Actualmente en Europa y en España, cada seis meses llega el momento de adelantar o de atrasar los relojes por el cambio de horario. Algo que a mediados del siglo XIX no era así, de hecho antes del año 1900 la hora que marcaban los relojes españoles ni siquiera era la misma en todo el país, ya que cada provincia española contaba con una hora diferente entre sí.

Esto quiere decir, que cuando los relojes de Barcelona marcaban por ejemplo las 12 del mediodía, en Madrid podían pasar unos minutos de las 11:30. Por otro lado, la diferencia horaria entre A Coruña y Girona era de aproximadamente 45 minutos. Una diferencia horaria que a día de hoy sería inimaginable y que vio su fin con la aparición del tren y la necesidad de unificar los horarios para esos trayectos.

¿Por qué cada ciudad española tenía una hora diferente?

El hecho de que cada localidad de España tuviese una hora local diferente en el siglo XIX tenía que ver con la hora media solar de cada municipio. Esto quiere decir, que por aquel entonces, cada municipio establecía su propio horario en función a esta hora media solar y en función de su propia situación geográfica.

Esta es una de las razones por las que el uso del reloj cuando comenzó a usarse el tren en España no resultaba demasiado útil. Era precisamente ese desfase horario, el que provocaba constantes problemas con los horarios de las paradas en las diferentes estaciones.

¿Cuándo y cómo comienza la uniformidad horaria?

A mediados del siglo XIX las empresas ferroviarias de todo el mundo comenzaron a reclamar a sus gobiernos esa unificación horaria tan necesaria, sobre todo con la construcción de los primeros ferrocarriles de larga distancia. Uno de los primeros fue el que conectaba Londres con Bristol, un tramo en el que en 1840 se decidió adoptar la hora oficial del meridiano de Greenwich. Una hora que rápidamente se instalaría también en todo Reino Unido.

Tras esta unificación horaria, el resto de empresas ferroviarias de todo el mundo siguieron el ejemplo y establecieron como hora oficial la correspondiente a la principal localidad de sus líneas. Un criterio que después fue fijado en la conferencia de Washington de 1884.

En esta conferencia se acordó dividir el planeta en 24 husos horarios cada 15 grados de longitud y con respecto al meridiano de Greenwich. Pero no fue hasta 1900 cuando definitivamente se aprobó la implantación de un horario único oficial en España, fue concretamente el 1 de enero de 1901 cuando toda España se puso en hora con el meridiano de Greenwich y no fue hasta el 15 de abril de 1918 cuando se instauró por mandato oficial el cambio de hora de verano.

Un cambio de hora que no fue definitivo, debido a que entre los años 1920-1925 y 1930-1936 no se aplicó este cambio horario. Fue a partir de 1940 cuando Franco decidió ajustar el horario de España con el de Alemania, para tener un mayor acercamiento a este país.

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