El cierre de la semana en El Hormiguero contó con dos de los invitados que más feeling han mostrado con Pablo Motos (54 años). El presentador Arturo Valls (45) estuvo a finales del mes de febrero el talk show de Antena 3 para hablar de la nueva temporada de Ahora caigo. Su relación es de tanta confianza que no dudó en presentarse en pijama. Un poco antes, en septiembre, Pablo López (36) tuvo el honor de ser el invitado con el que El Hormiguero abría una nueva temporada.

Sin embargo, como ya ocurriera el martes, el protagonista no iba a ser los entrevistados, sino el propio Pablo Motos. Pero antes de explicar la razón, la primera sorpresa del programa llegó con una pequeña renovación en la mesa de colaboradores. Los jueves era turno habitual de Cristina Pardo (42) y Yibing, quienes dejaron su sitio a Nuria Roca (48) y su pareja Juan del Val (49). Tampoco estaba Trancas por "tener que atender unos asuntos familiares", según explicó el propio Pablo Motos.

La reflexión diaria del presentador de El Hormiguero fue enfocada a pensar "en algo que me diera esperanza, y he empezado a fantasear en cómo será la persona que descubrirá la vacuna. Se están probando con diversos fármacos. Estoy seguro de que esa persona será creativa, no brillante. La creatividad no es un talento, es un esfuerzo. Y, por cierto, no hace falta una vacuna para estar abiertos".

Después de especular sobre las dotes enólogas de Nuria Roca y comenzar con cierto cachondeo, de repente, la situación se tornó mucho más seria. Roca rescató una información del 2 de marzo en la que Pablo Motos ya adelantó los posibles riesgos del coronavirus. Eso dio pie al presentador a hacer un ejercicio de memoria: "Ese día venía de invitado José Ramón de la Morena y quise hablar sobre eso. La gente tenía miedo y había cierto runrún con el asunto. La información del Gobierno sobre que era como una gripe entró como un tiro porque aliviaba esa sensación de miedo. A pesar de ello, unos días antes, el 27 de febrero, le pedí a la jefa de Ciencia que me pusiera en contacto con un científico que tuviera información de cerca sobre el virus. Me llamó y me dijo que tenía que ver lo que habían hallado. Al día siguiente muchos me tacharon de alarmista, incluso unos días después dije que la única forma de parar esto era realizando test masivos y me llamaron poco menos que Antoñita la Fantástica. La pregunta que me hago es que, si un simple presentador como yo fue capaz de encontrar esa información poniéndome en contacto con un científico, cómo no fue capaz de hacerlo el Gobierno".

Eso dio pie a que el resto de colaboradores dieran forma a una teoría de la conspiración. "Quizás sí que tenían esa información y no quisieron transmitirla a la población", especuló Juan del Val.

En vivo y en directo

Tras esa tertulia, por fin llegó la entrevista con Pablo López, quien aseguró que "me siento ahí, de alguna manera, con los nervios como si estuviera allí" y también aprovechó el momento para alabar "la labor pedagógica que estás haciendo con todo esto", le dijo a Motos.

Sobre dónde y cómo está pasando el confinamiento, López contó que "estoy en Madrid. Mi casa siempre ha sido un estudio con casa, no una casa con estudio. Siempre hay instrumentos cerquita, creo que por eso lo estoy llevando bastante bien, tengo todo el rato la juguetería abierta".

Una de las noticias que quiso confirmar el malagueño fue que dentro de muy poco publicara un nuevo tema: "Lo último que hice antes del confinamiento fue acabar el single. En principio no quería sacarlo, pero viendo a otros compañeros y cómo ayuda la música me he lanzado a sacarlo para el día 1 de mayo, se llama ‘Mariposas’. Es por lo poco que dura la belleza de esa polilla coloreada y a veces la tendencia a creernos lo que escuchamos fuera de nosotros mismos".

A raíz de que fuera vacilado por Barrancas, Pablo López confesó entre risas que "el pelo me lo corto yo, aunque tengo cierta ayuda para la parte de atrás. Si me rapo, el confinamiento debería ser perenne, tengo una cabeza descomunal". Tras esas bromas, el artista de Fuengirola quiso tocar en directo y con su piano el nuevo single. "La canción es un forma de respiro", aseguró.

Dosis de humor

Unos minutos después le llegó el turno a Arturo Valls que apareció en la entrevista ataviado con un gorro con la cabeza de un conejo, recordando que la última vez que fue a El Hormiguero iba en pijama: "De alguna manera vaticiné que la ropa que más nos íbamos a poner en breve iba a ser el pijama. Ahora salgo así porque quiero que haya algo de contraste, sino parece que estamos en la Villa Olímpica, con tanto chándal".

Con su habitual sentido del humor contó que "paso mucho tiempo fuera y estoy aprovechando para conocer a la familia. El chico, que no me acuerdo como se llama, habla inglés y es majísimo". Sobre cómo pasa el tiempo libre ironizó con que “me aburro bastante porque no veo oferta en Internet, cosas para hacer. No veo retos, tutoriales de magos o de cocineros…Noto que la gente no está ofreciendo cosas".

A pesar de ello, este confinamiento le ha servido para "recuperar aficiones que había dejado y me relajan muchísimo. He vuelto a pintar y también trabajo la escultura, con Lego he hecho la Sagrada Familia, aunque está sin acabar, y la Estatua de la Libertad".

Cuando menos se lo esperaba la gente, Valls se subió a la silla en la que estaba sentado y mostró que además de la camisa y la corbata que lucía llevaba una especie de falda hawaiana para risas de todos los que estaban en el plató.

A medio camino entre la broma y la crítica, el presentador valoró que "creo que la gente está desaprovechando un buen momento para parar y ver qué estamos haciendo mal, salir de esto siendo mejores  personas, pero está todo el mundo haciendo pan. El problema no es cuando se deje de hacer pan, sino cuando se deje de hacer cerveza".

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