Su andadura en la televisión de nuestro país, a través de diferentes cadenas, abarca ya más de dos décadas. Tras hacer sus primeros pinitos en Antena 3 y en algunos espacios de Telecinco fue, sin duda, el rol de copresentador, junto a Carmen Alcayde (46 años), en Aquí hay tomate lo que hizo que Jorge Javier Vázquez (49) se convirtiera en un personaje tremendamente popular.

Desde aquel momento, marzo de 2003, su presencia en espacios televisivos no ha
parado de crecer, llevando al badalonés a trascender de la escena meramente mediática. Sus inquietudes le han llevado a no conformarse con las horas que dedica a presentar los Sálvame, Supervivientes o Gran Hermano VIP, sino que, además, se ha lanzado a la aventura empresarial dentro del teatro, protagonizando una gira con el show Iba en serio, del que nació el libro La vida iba en serio.

Jorge Javier Vázquez en una imagen de archivo. Gtres

Tanta actividad acaba pasando factura al cuerpo, por mucha tolerancia al estrés que este tenga. Así, la salud le dio un serio aviso a Jorge Javier Vázquez hace apenas un año, cuando tuvo que ser hospitalizado para intervenirle de un asunto muy serio: un
aneurisma congénito que, además, le había provocado un ictus.

Esa fue una muestra de la trascendencia que ha alcanzado el presentador, ya que un asunto como este, que normalmente quedaría reservado al ámbito más íntimo, fue objeto de seguimiento por la prensa del corazón. Las secuelas de un proceso tan complejo fueron muy duras: el propio Vázquez reconoció públicamente que le habían diagnosticado una depresión, por lo que estaba acudiendo a terapia psicológica y psiquiátrica.

Incomodidades

Hoy abordamos otro aspecto relacionado con la salud de Jorge Javier Vázquez, pero,
afortunadamente, de menor importancia que el que le llevó a ser ingresado y a pasar por el quirófano en marzo de 2019. El presentador sufre bruxismo, una patología que es conocida popularmente como la enfermedad silenciosa y que no es para nada
desconocida entre buena parte de la población: se estima que la sufre un 70 por ciento de los españoles.

Fue el propio Vázquez quien lo reconoció de forma pública, aunque en una
situación un tanto inesperada, ya que en ese momento él no era el protagonista de
ninguna entrevista, o al menos no de forma directa. Ocurrió hace pocos días, durante la emisión de Sálvame. Visitaba el plató Miriam Saavedra (26), conocida por su relación sentimental con Carlos Lozano (57) y sus participaciones en varios reality, como Supervivientes o la sexta edición de Gran Hermano VIP, de la que se proclamó
vencedora.

Nada más sentarse en la butaca, Jorge Javier hizo referencia a un evidente
cambio físico de Saavedra: "Te noto más delgada, solo de carita, como si te hubieras retocado algo". Tras el comentario, la modelo y actriz se mostró algo reacia en un primer momento a hablar de ello, pero luego apuntó que se debía a una enfermedad que le distorsionaba las facciones.

Dada la insistencia del presentador, Miriam Saavedra confirmó que, efectivamente,
había pasado por el quirófano, pero para operarse la mandíbula, ya que sufre bruxismo. Esa afirmación sirvió a Jorge Javier para confesar que él también padece tal patología y, de paso, tirar una chinita a la entrevistada: "Pero a mí jamás me ha cambiado tanto la cara como a ti". Algunos interpretaron que ese comentario servía para poner en duda que la operación de Saavedra respondiera más a cuestiones estéticas que de salud.

Dejando a un lado estas polémicas y centrándonos en el ámbito médico, los expertos
apuntan a que el bruxismo no tiene un origen identificado, aunque creen que está muy ligado al estrés y a trastornos del sueño, más concretamente a la presencia de trastornos respiratorios durante el sueño, sin descartar una mala alimentación o una inadecuada alineación de la dentadura.

A partir de esto, los dos tratamientos más recomendados son una férula de descarga, que se colocaría en la dentadura a la hora de dormir para evitar el rechinar de los dientes y el consiguiente desgaste del esmalte; y la rehabilitación protésica, solo recomendada en casos severos donde haya un importante desgaste dental.

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