No voy a negar que este miércoles se ha vivido, a nivel televisivo, el mayor espectáculo de la historia con el reencuentro entre Ana Obregón (64 años) y Antonia Dell'Atte (59) en MasterChef Celebrity. Sería absurdo no hacerlo ver. Yo mismo, con ese abrazo en el que se han fundido ambas enemigas íntimas al comienzo del programa, me he erizado y la expectación ha crecido en mí como la espuma. Y la emoción y la congoja. Ese momento en que Ana le ha bisbiseado al oído a Dell'Atte, en un gesto cómplice, "¿sabes que está ya todo bien, ¿no?" -en referencia a la enfermedad de su hijo Álex Lequio (26)- me ha parecido de lo más emotivo, tierno y naíf. 

Esa es Ana Obregón; toda sonrisa y bonhomía. Toda amor, ternura, sensibilidad y buenas caras. Corrijo; esa es la Ana Obregón que ella quiere hacer ver al mundo. Ese es el personaje, una careta y un perfil blanco. Una carcajada siempre a punto. Y por eso la admiro tanto, porque nadie la tumba ni la hace enfurecer públicamente ni mudar el gesto. Ni siquiera las humillaciones y las pullas hirientes que le ha soltado Antonia en su reencuentro. Ni siquiera las borderías de Vicky Martín Berrocal (46), que se ha reído de su edad y de su carácter pizpireta. Ante un hachazo, Ana sonríe; ante un insulto, una buena palabra. No se merecía ese final este miércoles, esa expulsión. 

Hay quien califica esa actitud únicamente de buenrollista y zen, de persona que vive en su mundo y huye de los conflictos. Sin embargo, yo doy un paso más allá: esa es la forma de ser, de enfrentarse al mundo, de una persona con educación. Y añado, aún a sabiendas de lo mal que puede sonar: una persona con buena educación, formada en buenos colegios y de buena familia. Sí, lo siento, lo he dicho. Me parece que Dell'Atte es una cacatúa infame y Vicky, una ordinaria de tres al cuarto. La una y la otra debería aprender de Obregón y de su lucha. Hups, me he puesto sensible y tengo la lágrima a punto, lo advierto. 

Creo que este miércoles MasterChef Celebrity ha consentido algo muy sucio y duro, ha hecho la vista gorda sobre un linchamiento y una humillación enorme hacia Ana Obregón. Lo creo de verdad y, tengo que decirlo, me ha incomodado mucho como espectador. Me han dado ganas de cambiar de canal. No se puede ni se debe consentir el maltrato verbal que ha padecido Ana esta semana. 

¿Que ponga ejemplos? Los tengo por mil. Ahí van algunos. Todas frases de Antonia, porque, recuerdo, que Ana ha estado callada y sonriendo. 

-"Vicky, eres la mejor. Otras mujeres deberían aprender de ti"

-"Yo solo me llevo con buenas mujeres y madres"

-"Ana ha venido a una pasarela"

-"No sabe ni cocinar un huevo, es una niña mimada"

-"Yo la he perdonado porque soy buena persona"

-"Hay que tener dos huevos para probar este plato"

-"También cuando se está a punto de morir, hay que aprender"

-"Ana, ¿no hay veneno en este plato?"

-"Los hombres casados se los dejo a Ana y los solteros me los llevo yo"

(PD: Creo haber entendido por ahí un duro ataque a su faceta de madre, e incluso haber escuchado el verbo utilizar... No, prefiero pensar que lo he oído mal. Hasta ahí, no; por ahí, jamás. Nunca. No me hagáis caso...)

Pido perdón si alguna coma no es correcta o la entonación me ha despistado, pero como tiene un español tan macarrónico pese a llevar tantos años viviendo de España y en España... Ay, tenía que soltarlo. Sí, me chirría su voz. No aguanto su timbre. Que nadie lo interprete mal... El próximo lunes me voy a Italia; fijaos lo mucho que me gusta el país y su gente. Pero ella no, es maligna. Hace el mal y no me creo nada de ella. ¿Cómo se puede tener tanto malaje? ¿Cómo pueden habitar tantos gatitos en su barriga? ¿Cómo puede ser tan hiriente? Y lo peor: ¿POR QUÉ EL PROGRAMA LO CONSIENTE? 

Bueno, por no hablar de Vicky, que ha soltado por su boca lo más grande y ha disfrutado como la que más con la humillación de Dell'Atte. De hecho, ambas se han hecho mejores amigas en esos minutos de intervención de la italiana. Querida Vicky, expresiones como "Ana y los 7", "Señorita Ana Obregón" o chotearte en la prueba de exteriores de la poca rapidez o pericia de Obregón en la cocina... hablan tanto y tan mal de ti. 

Y encima mi Anita es la expulsada... ¿hay derecho, Dios mío? MasterChef Celebrity, ¡siempre se te quedará en la conciencia! 

Expulsada: Ana Obregón

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