El pasado 7 de junio, Rafael Amargo (48 años) pisó la sala de la Audiencia Provincial de Madrid que iba a juzgarlo tras la acusación de ser el presunto cabecilla de un grupo que traficaba con droga que era vendida desde su piso del barrio de Malasaña. Por estos supuestos hechos la Fiscalía pedía -todavía pide- nueve años de cárcel para él.

El juicio, previsto para celebrarse el 7, 8, 9 y 12 de junio, quedó suspendido después de que el productor de Amargo, Eduardo de los Santos, también acusado, cambiase de abogado -hasta el cuatro ocasiones- y denunciara "coacciones" policiales. Al comienzo de la vista, De los Santos comunicó al tribunal que había "perdido la confianza" en su letrado, el cuarto que le defiende desde que se inició este procedimiento. En una confusa y balbuceante retahíla de hechos, apuntó a una "trama" policial que habría urdido este caso en su contra y en la del bailaor.

Ahora, según ha podido confirmar EL ESPAÑOL en primicia, será el próximo 8 de abril de 2024 cuando Rafael Amargo deba rendir cuentas con la justicia. Hasta que llegue el momento, su única intención es y será seguir trabajando en lo que le llena y ama desde siempre: el baile sobre los escenarios en los que derrocha genio y arte. 

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Rafael Amargo junto a su abogado, el prestigioso Jaime Caballero. Gtres

No es esta la única causa abierta que tiene Rafael Amargo. A mediados del pasado mes de marzo, cuando el artista se disponía a actuar en un restaurante de Alicante, fue detenido por un presunto delito contra la salud pública. En ese momento, "Rafa, que tiene mucho genio", como indicó su abogado, "sin querer, le dio un codazo en la cara a uno de los policías", por ello también se le acusó de atentado contra un agente de la autoridad.

Dos nuevas causas que se suman a la que todavía tiene pendiente. "Sobre lo de Alicante aún no hemos declarado", señala ahora el letrado Jaime Caballero en conversación con este diario. Este último arresto de Amargo parte del verano del año pasado cuando sus vecinos lo denunciaron por la presunta venta de droga en su piso. Fue concretamente el día 21 de julio de 2022 cuando el resto de inquilinos del inmueble del piso ubicado en la calle Espíritu Santo, cansados de "una situación que llegó a ser insostenible", decidieron poner el asunto en manos de la justicia, acusando al bailaor de "venta y tráfico de estupefacientes" desde su casa. 

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Según consta en la denuncia recogida en el atestado policial y a la que ha tenido acceso este medio, muchos de los residentes ya se habían quejado en una junta de vecinos del continuo tránsito de personas ajenas a la finca hacia el piso de Amargo. Algunas de ellas, además, "se quedaban a dormir en el descansillo de los pisos superiores" a residir el andaluz en el bajo.