El fallecimiento de la aristócrata Marta Chávarri a los 62 años de edad, el pasado viernes 21 de julio, continúa dando mucho de qué hablar. El deceso, trágico e inesperado, de la socialité, que fue hallada muerta en su domicilio de Madrid, ha dejado destrozada a toda su familia y amigos. Roto de dolor, su único hijo, Álvaro Falcó (39), aseguró a las puertas del tanatorio donde se le dio el último adiós que su madre estaba feliz con su nueva etapa como abuela.

No se explican qué ha podido pasar. La mujer que zarandeó la jet set de los años ochenta y noventa tenía ilusión por vivir y estaba organizando un verano maravilloso. "Alegría, ilusión y planes de verano", titula en su publicación la revista 'HOLA!.

Dos semanas atrás, Chávarri preparó en su casa de Madrid una merienda para sus amigas, para poder presentarles a su nieta, Philippa, "el último gran regalo de su vida". No se esconde que Marta vivió etapas muy dolorosas y tristes en su vida, pero en la actualidad estaba atravesando un momento dulce. 

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La portada de la revista '¡HOLA!' donde se informa de los últimos días de Marta.

Tanto es así que, de acuerdo a la revista, quería celebrar su 63 cumpleaños, el próximo 1 de agosto, e irse de vacaciones al campo con su familia y disfrutar de su papel como abuela. Marta se fue de la misma manera que vivió su último tramo de vida: en silencio y con gran discreción. 

Un punto de inflexión en su vida fue la boda de su hijo Álvaro con Isabelle Junot (32), en abril de 2022. Pletórica, Chávarri regresó al palacio Marqués de Mirabel -donde tuvo lugar el festejo-, en Plasencia, un lugar lleno de recuerdos, pues allí contrajo ella matrimonio con Fernando Falcó, exmarqués de Cubas. Ese día, la orgullosa madrina Marta Chávarri volvió a sonreír como hacía tiempo. 

Una felicidad que se vio multiplicada hasta el infinito cuando su vástago la convirtió en abuela. "Guapísima, guapísima", "Es una bebé maravillosa", fueron sus ilusionantes palabras. Reunió a sus amigas, en torno a una merienda, para que conocieran a su nieta. Fue la primera de muchas quedadas y celebraciones, según su ánimo, pero no pudo ser. 

Marta murió en su casa, su hogar. Estaba sola en su hogar de Madrid porque así decidió vivir sus últimos años de vida: con independencia. Eso sí, toda su familia y su entorno de amigos más íntimo estaban pendientes de ella diariamente. Chávarri no estaba sola ni se sentía así. Casi diariamente, su hijo Álvaro la visitaba y comían juntos. 

"Se levantaba tarde y llevaba una vida muy ordenada", informa la citada revista. Apenas si hacía vida social. Pintar y leer eran sus principales pasatiempos, también dar paseos con su hermana Isabel, su gran pilar y apoyo. 

"Ella estaba feliz con su nieta"

Isabel Chávarri atendiendo a la prensa en las últimas horas. Europa Press

En las últimas horas, Isabel Chávarri, una de las hermanas de Marta Chávarri y quien estuvo al lado de su sobrino en uno de los momentos más duros de su vida, ha reaparecido públicamente. Isabel, rota de dolor, ha atendido a los medios de comunicación. Muy discreta y educada, de negro riguroso, ha concedido sus primeras palabras tras la muerte de Marta.

Isabel ha recordado lo feliz que era su hermana con la pequeña Philippa, hija de Álvaro e Isabelle Junot, que nació hace tan sólo unos meses: "Ella estaba feliz con su nieta".

Con un nudo en la garganta, Isabel ha asegurado que era una gran persona, y le ha dedicado unas palabras de lo más entrañables: "Era lo mejor del mundo. La mejor persona, la mejor madre, la mejor hermana, la mejor. Lo mejor".