La boda del millón de euros sigue siendo noticia días después de la celebración, el pasado 8 de julio en El Rincón. La presencia de la suegra de Tamara Falcó (42 años) era una de las más esperadas, aunque pasó mucho más inadvertida de lo que cabría haber esperado. Con una única foto en la exclusiva concedida por los actuales marqueses de Griñón, Carolina Molas (53) se convirtió en protagonista gracias a su espectacular diseño de invitada, obra del español Lorenzo Caprile.

Ahora se conocen más detalles del proceso de creación, con imágenes de la empresaria en las últimas pruebas del vestido, en el taller del diseñador, ubicado en la calle Claudio Coello de Madrid, donde él y su equipo cuidaban cada uno de los detalles para que estuviera radiante en el gran día. Se la veía relajada y encantada con el diseño azul marino con el que acompañó a Íñigo Onieva (34) al altar.

No es habitual ver a Carolina en redes sociales, pero ésta era una ocasión especial. Eso sí, se ha esperado a la publicación del reportaje para dar a conocer el documento gráfico que muestra un momento privado de la preparación. De este modo se puede contemplar mejor la prenda, que era uno de los secretos mejor guardados del enlace.

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"Carolina Molas, con elegante diseño de madrina en gasa de seda azul marino plisado y delicada pedrería", escribe Lorenzo para definir el vestido, que Molas combinó con joyas espectaculares de Del Páramo Vintage. EL ESPAÑOL se ha puesto en contacto con el diseñador, que atiende amablemente la llamada, aunque precisa que su clienta quiere mantenerse alejada del foco y él respeta totalmente su privacidad y por eso "no voy a decir nada".  Lo que sí deja claro es un detalle importante: "Ella ha pagado religiosamente su vestido". No se trata pues de ningún intercambio, ni tiene nada que ver con la exclusiva de la pareja. Carolina eligió y confió en la aguja maestra de Caprile para un día muy importante en su vida: ver casarse a su hijo.

La empresaria es una mujer que siempre se ha caracterizado por su impecable estilo y se esperaba un verdadero duelo fashion con su consuegra, Isabel Preysler (72). Sin embargo, hubo poco espacio para las comparaciones porque no hay fotos de ellas juntas, ya que no posaron en ningún momento. Además, los distintos roles que ambas tuvieron en la ceremonia hacía que sus códigos de vestimenta también fueran diferentes.

Carolina era la madrina, por lo que debía ir más sobria y protocolaria para la ocasión, la reina de corazones, en cambio, no tenía ningún papel especial, así que se permitió ir más atrevida y primaveral con el dos piezas floreado de Carolina Herrera.