La ministra de Igualdad, Irene Montero (33 años), ha desmentido su ruptura sentimental con su pareja y padre de sus tres hijos, el ex vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias (40).
Montero ha estallado y lo ha hecho en sus redes sociales. En concreto, en su cuenta oficial de Instagram, la que utiliza únicamente para dar salida a contenidos políticos e institucionales. En esta ocasión y como excepción, según sus propias palabras, lo ha hecho para hablar de su vida personal, sobre todo por la "preocupación" que estos "bulos" provocan en su familia, amigos y seres queridos.
"Nunca hablo de esto, pero hoy quiero hablar. Detesto a la cloaca que miente tanto y con tanto descaro, detesto a quienes les protegen y también a quienes no les plantan cara pensando que la cosa no va con ellos. Detesto a quienes no saben hacer política y buscan destruir al adversario con juego sucio", comienza relatando la ministra.
Y continúa: "Me han pedido muchas veces confirmar o desmentir noticias que tienen que ver con mi vida, pero ni antes ni ahora voy a hacerlo cuando otros lo decidan por mí. Ni más ni menos que cualquier otra persona. Pero inevitablemente pasa que cuando la cloaca miente sobre tu pareja incluso cuando ya ha dejado la política, cuando difunde intencionadamente bulos, cuando te acosan judicialmente, cuando te persiguen en tu casa, en tus vacaciones, a tus hijos, tu familia se preocupa. Tus amigos y amigas se preocupan. Tu gente se preocupa. Y consiguen que mucha gente hable antes de tu vida que de la Ley Trans y LGTBI, o de la Ley Solo sí es sí, o de la próxima reforma de la Ley del aborto".
Irene Montero sostiene que las informaciones relativas a su intimidad, o el hecho de que ayer se publicase que llevaba meses haciendo vida paralela a la de su pareja e incluso que su chalé de Galapagar estaba en venta, no es más que una cortina de humo para quitar el foco de lo verdaderamente importante: sus avances en políticas sociales.
"Y es que todo forma parte de una misma estrategia, sistemática, constante, por tierra, mar y aire, una estrategia de acoso y derribo que empezó hace ya mucho tiempo. Quieren que no nos merezca la pena luchar y hacer lo que hacemos. Ni a nosotros ni a la gente que queremos y nos quiere. Y avisaros a todos y todas: no os metáis en política, porque si lo hacéis bien esto es lo que os espera", expresa con cierto dolor e indignación.
Y concluye: "Menos mal que tenemos entre nosotras tanto feminismo. Que nos tenemos las unas a los otros. Que nos cuidamos y nos protegemos y nos reímos y cada vez más veces les ganamos".
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