Para Josep Linuesa (54 años) la profesión de actor es una carrera de fondo con muchos parones, como el que está atravesando desde hace más de un año debido a la pandemia. Independientemente del estado de alarma a nivel mundial, el suyo personal empezó el 7 de febrero cuando tuiteó en catalán: "Amigos, tengo 54, soy actor y desde hace más de un año no tengo trabajo…"

Lo escribió desde Ciudad de México, donde vive con su mujer, Mónica Corral (31), ya que antes de la Covid-19 el intérprete había cruzado el charco para ensanchar sus posibilidades dramáticas tras haber intervenido en Cuéntame, cómo pasó o El ministerio del tiempo. De hecho, estaba cosechando un gran éxito con la narcoserie mexicana Enemigo íntimo, protagonizada por Fernanda Castillo (39), Raúl Méndez (46) o Alejandro Spietzer (26), el último galán de oro que ha conquistado el corazón de Ester Expósito (21). JALEOS ha hablado con Josep Linuesa poco antes de que empezara a rodar para su canal de YouTube, Walking streets films.

Actualmente, Josep Linuesa vive en México. Cedida a EL ESPAÑOL

¿Cuál es su situación actual después de que 'asustara' a media España?

Después de dos meses de ese tuit, con YouTube aún no hemos ganado nada porque es un proceso extremadamente lento. A raíz de lo que escribí en las redes sociales pasé a tener 43.000 suscriptores, pero ahí se ha quedado. En YouTube lo que prima son las visualizaciones para que te puedan insertar anuncios. Para que te hagas una idea, en todo este tiempo llevo acumulados unos 150 dólares que aún no me han ingresado porque no he recibido la carta que me permita insertar mi número de cuenta corriente.

¿Es muy duro ser youtuber?

Hemos tenido que invertir mucho dinero -matiza que con menos de 4.000 euros no se hace nada- en un ordenador potente para la edición, en cámaras más o menos buenas, en micrófonos… De momento el negocio es deficitario, pero me lo tomo como si hubiera puesto una cafetería, ya que los beneficios empiezan a obtenerse al cabo de dos años. Es un trabajo que nos lleva todo el día. Para hacerse una idea, por cada mil visualizaciones que se realizan en Estados Unidos recibes como cinco dólares y en México, en cambio, 0.70 dólares.

¿Cómo surgió la iniciativa?

En honor a la verdad, la visión la tuvo Mónica. Como todos los proyectos se cayeron y el trabajo se detuvo hicimos una sesión de brainstorming y dimos con esto. Nos empapamos durante meses con tutoriales para ver cómo funcionaba YouTube y empezamos a ser creativos. Yo tengo el canal Walking Street Films y Mónica tiene el suyo, En los zapatos de Mónica.

El tuit fue un impulso. ¿Es bueno decir lo que uno piensa de buenas a primeras?

Lo hice desde las entrañas, me salió del alma. Jamás pensé que iba a tener tal repercusión. No pedía trabajo como actor porque hubiera sido ridículo ni mi objetivo fue el de pedir dinero. Fue una vía para visibilizar una situación y como hay mucha gente pasando calamidades sintieron como una inercia para ayudar. Y les estoy tremendamente agradecido.

Se sintió querido.

Sí, porque nunca he tenido conciencia de que como actor se acordaran de mí, que dejaba un rastro en la memoria de la gente. Me he sentido muy acompañado porque no me lo esperaba, me halagó y me reconfortó.

En México empezaba a abrirse las puertas con la serie Enemigo íntimo, ¿está en contacto con los actores principales?

Con Raúl Fernández y Fernanda Castillo sí que tenemos una amistad. Son verdaderamente entrañables y generosos. De hecho, estoy muy feliz por ella porque hace unos meses fue mamá. Con Alejandro Speitzer no porque está continuamente viajando, es el chico de oro del momento, está en todos los grandes carteles de telefonía…

Tantos años como actor reconocido y uno se pregunta, ¿ha malgastado el dinero?

Antes del 2008 los sueldos eran muy decentes, pero a partir de ese momento bajaron el suelo a los actores a la mitad. Desde entonces he conseguido mantenerme y ahorrar y, si encima le añadimos que desde hace años solo he hecho secundarios o capitulares que están peor pagados, el dinero me está cundiendo. Aún tengo ahorros. No he dilapidado, ni malgastado, ni despilfarrado, ni he amasado una gran fortuna como para poder retirarme. Tampoco he pedido por la calle, como se ha llegado a publicar. Lo que sí he hecho ha sido tomar riesgos, como el de México.

Josep Linuesa junto a su pareja, Mónica Corral. Cedida a EL ESPAÑOL

¿Cómo se conocieron?

Fue hace seis años mientras representábamos en Barcelona la obra Pares y nines que después hicimos en Madrid. Un año y pico trabajando pegadísimo, pues ya sabes…. El roce hace el cariño.

En su actual situación económica no piensa aquello de "menos mal que no he tenido hijos".

No pienso de esa manera. Si hubiese tenido uno o dos pues seríamos tres o cuatro que seguiríamos luchando juntos. De momento no tengo hijos, pero no descarto ser padre en el futuro. Sería perfecto y estaría encantado. ¿Por qué habría de descartarlo?

En España el índice de divorcios ha aumentado a raíz de la convivencia por la pandemia. En vuestro caso, ¿el amor de pareja se ha fortalecido con la crisis?

Tenemos una convivencia maravillosa, formamos un equipo y trabajamos codo con codo a pesar de vivir en un apartamento pequeñito. Cuando tenemos que trabajar movemos todos los muebles y lo convertimos en un plató de grabación, en una sala de edición… Pero supongo que con la cuarentena y tantas horas en casa debe ser muy complicado para ciertas personas.

[Más información: De sus raíces murcianas a su desconocido sacrificio para 'ser' Luis Miguel: retrato íntimo de Diego Boneta]

Noticias relacionadas