Susanna Griso (49 años) ha vuelto a ponerse al frente de las mañana de Antena 3 este lunes. Tan solo cuatro días después del fallecimiento de una de sus hermanas, la periodista catalana ha regresado a Espejo Público para continuar con su vida con normalidad y con la rutina de trabajo, después de sufrir uno de los varapalos más duros de su vida.

Vestida con una blusa blanca, una falda de tubo negra, y sobre todo demostrando una gran profesionalidad, Griso no ha hecho ninguna mención sobre lo sucedido el pasado jueves en directo, a pesar de ser conocedora de la trascendencia mediática que ha tenido la triste noticia. Eso sí, en una conexión con el Presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla (76) le ha querido dedicar unas palabras: "Susanna, aprovecho para mandarte un abrazo fuerte, y ya sabes por qué. Sabes que te quiero mucho", a lo que la comunicadora ha contestado en tono emotivo: "Gracias Revilla, te lo agradezco, de verdad".

Hace tan solo unas horas, en la tarde de este domingo, la presentadora, arropada por su familia y sus amigos más íntimos, acudía al funeral de su hermana en Sant Cugat del Vallés, donde se dejó ver bastante afectada, luciendo un vestido negro y unas discretas gafas de sol.

La catalana se enteró de que su hermana había muerto por un infarto mientras presentaba el programa matinal, lo que provocó que abandonase inmediatamente el plató de Atresmedia para reunirse con su familia, dejando al frente del formato al periodista Gonzalo Bans.

Muchos han sido los mensajes de ánimo, tanto de sus compañeros de profesión como de familiares y amigos cercanos, que han querido darle el pésame con numerosas muestras de cariño. Pero lo cierto es que esta no es la única tragedia que la catalana ha pasado, ya que, además de su hermana, en el último año y medio ha tenido que vivir en primera persona el fallecimiento de una de las personas más importantes de su vida: su madre.

Susanna Griso siempre se ha definido como una persona muy familiar y en una entrevista en El Mundo contó lo siguiente: "Soy la menor de siete chicas y la mayor de mis sobrinos. Me siento la generación puente. La generación transición. Mi familia es un gran pilar. Incluso a mi hija Mireia le puse el nombre de mi hermana. Además soy tía abuela. Tengo 11 sobrinos nietos".

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