Mila Ximénez (66 años) no se rinde ante ninguna adversidad. Cuando la vida le da un zarpazo, tanto a nivel personal como profesional, ella siempre saca esa garra tan característica suya para combatirlo. Pese a que hace unos meses se dio de bruces con su línea de joyas -admitiendo el fracaso de la misma- y, casi al mismo tiempo, una buena amiga suya se destapaba como la 'estafadora de los famosos', Mila no se arredra y trata de salir ilesa de su catarsis emocional y de los malos momentos. Y es que, "no son fracasos, es limpieza". Ximénez es única en resarcirse, y lo ha vuelto a demostrar con un nuevo proyecto.

Hace unos días concedió una sentida entrevista en la revista Lecturas en la que pasó revista por los momentos más aciagos y peliagudos de su vida, así como por el estado de salud de su maltrecho corazón. La que fuera mujer de Manolo Santana (79) se desgarró para hablar desde la verdad. Fue al final de la charla con la publicación cuando la colaboradora de Sálvame frenó, miró al futuro y vomitó sus deseos: "En septiembre volveré más fuerte que nunca. Diseñaré complementos para galgos con mensajes como 'No me abandones'". Pero, ¿en qué punto está ese proyecto cuando ya no quedan, casi, días de verano? ¿Con qué asociación trabajará?

Mila con un galgo. Redes Sociales.

Teniendo en cuenta que Jorge Javier Vázquez (48), íntimo amigo de Mila, siente una verdadera debilidad por los galgos y que toda su confianza la depositó hace tiempo en la asociación BaasGalgo -la cual en la actualidad cuenta con una sección en Sálvame para la concienciación social-, parecía que el camino se cercaba. Puestos en contacto con Mila, esta tan solo aclara lo que sigue a JALEOS: "De momento no tengo ningún contacto con esa asociación, pero es un proyecto que está ahí y que me encantaría hacer". Con estas palabras, no cabe duda de que la periodista comenzará las negociaciones a la vuelta del verano y que todo desembocará en esta bonita iniciativa en la que, además, se ayudará a erradicar de una vez por todas la indefensión que habita en esta raza de perros. Y, sobre todo, la impunidad de los malhechores. 

Así las cosas, Ximénez no abandonará del todo el diseño, solo que ahora en vez de collares para humanos, los fabricará para animales. No es la primera vez que Mila demuestra su amor y querencia por los perros. Desde que su amigo Jorge Javier comenzara a darle visibilidad en el espacio de Telecinco, el corazón de Ximénez -y el de tantos otros colaboradores- se ablandó y comenzó a interesarse por sus condiciones y estado de bienestar. Tanto, que la sevillana no dudó en adoptar y en propagar esa tendencia a su entorno más cercano. Como prueba de este arrobo a primera vista, su Instagram. En él, la tertuliana ha colgado en este tiempo diversos mensajes de atención, acompañados de emotivas imágenes, así como declaraciones de genuina veneración. 

"Por favor! Bob necesita una familia. Es maravilloso!!! De verdad"; "Eolo y Mancu, han sido mis mejores anfitriones en Sevilla. Les amoooo!!!"; "Un nuevo miembro en la familia. Ya somos numerosa!!!", tan solo son algunos de los muchos mensajes que recoge en su red social. No obstante, si su labor es encomiable en lo que a visibilidad y calado se refiere, la implicación de Jorge Javier la iguala o supera. El presentador prácticamente concibe a sus perros como hijos, como parte de sí mismo.

Mila Ximénez junto a Víctor Sandoval en la sección de 'Sálvame'.

El abanderado más mediático de aquella causa de 'No los abandones, ellos sienten como tú', ha reconocido un agrio duelo cuando murió uno de sus cachorros. Fue el pasado noviembre de 2017 cuando Jorge perdió a Cartago, el primero de los galgos que adoptó y del que se despidió con un emotivo mensaje: "Gracias por habernos dado tanto. Hoy somos menos felices sin ti. Te echaremos de menos siempre. Descansa en paz Cartago". Si la idea de la andaluza finalmente se materializa, no hace falta elucubrar demasiado acerca de quién será su principal defensor: el propio catalán. 

El fracaso de sus joyas 

Fue durante el mes de noviembre de 2017 cuando una ilusionada, prudente y tímida Mila emprendía una nueva aventura profesional lejos de los réditos de la televisión: inauguraba su propia línea de joyas elaboradas a base de piedras preciosas con la colaboración del diseñador Gustavo Marinaro, un artista argentino afincado en España.

Después de sus cremas Kisé, se atrevía a más, estaba lanzada: "Tengo una edad en la que no debo tener miedo", aseguraba. La amistad entre ella y Marinaro fue un flechazo en toda regla, verse y entender que debían trabajar juntos. Así lo hicieron, hasta hace unos meses. JALEOS descubrió en julio que ese vínculo profesional se había roto; las joyas quedaron en una entelequia. 

Estas no aparecían en la página web de Marinaro y tampoco en las tiendas se podían comprar ni Mila las mostraba cada tarde en Sálvame. Lejos quedó la ilusión y la esperanza. En conversación con Gustavo Marinaro a los pocos días de que este medio desvelara la brecha laboral, se percibe un tono defensivo, a la vez que detectivesto sobre qué pretende conseguir este medio con la llamada que se realiza. "Siento mucho lo sucedido", acierta a decir a este periódico el diseñador.

Mila y Gustavo Marinaro. Gtres

Fin de los negocios y la amistad

La disputa no se ha circunscrito al terreno profesional y también ha afectado a la amistad que habían conseguido formar en el año que habían estado preparando las joyas. Hace solo unos meses, tanto Gustavo como Mila, solo tenían palabras amables y elogios para el otro: "Es una gran señora y yo le tengo un gran cariño", aseguraba el diseñador de la colaboradora de Sálvame. Ella, por su parte, era aún más rotunda al asegurar que se había enamorado "de él, de sus diseños".

Nada que ver con la situación actual. Hace unas semanas Mila se desahogó en Instagram y les dedicó unas palabras tanto a Gustavo como a su examiga, Mónica Gil: "Solo deseo no volver a encontrarme nunca más con vosotros. Que la vida os lleve con las indicaciones del mapa que habéis elegido en vuestra ruta". Menos mal que todo eso forma parte del pasado y a día de hoy la periodista solo tiene ojos para su trabajo y sus queridos galgos. 

[Más información: Mila Ximénez fracasa con su línea de joyas: las tiendas dejan de venderlas]

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