Rachele Gandolfi (18 años) es la nueva y recién estrenada princesa marbellí. La aristócrata puso el punto más cool de la Gala del Cáncer de Marbella de este 5 de agosto. La joven hizo su primera aparición pública, tras cumplir la mayoría de edad, al lado de sus padres, el príncipe Hubertus de Hohenlohe y Simona Gandolfi, siendo el centro de atracción de todas las miradas.

Vestida de negro con tules transparentes y con un look ultramoderno y glamuroso, acaparó las miradas de propios y extraños en una gala que se ha perpetuado en los veranos de Marbella como un clásico, y donde los nuevos cachorros de la jet empiezan a hacer su aparición con entidad propia. Un ejemplo claro es el de esta joven, vivo retrato del renacer de la Marbella de la jet del príncipe Alfonso de Hohenlohe (79).

Rachele Gandolfi, Hubertus de Hohenlohe y Simona Gandolfi. EL ESPAÑOL.

Hubertus atendió a JALEOS y afirmó que Rachele es la niña de sus ojos. "Es una gran esquiadora, lo hace fantásticamente bien, esquía desde muy pequeñita y le gusta el diseño y la publicidad como a su madre. Es grande", declaró. A la joven ya se la ve también en las fiestas que organiza su padre en Marbella Club, el hotel más emblemático de Europa para la aristocracia. En los últimos veranos Huberto ha rescatado El Patio, el ágora del hotel, como lugar de encuentros ya que se siente más cerca del pasado de su padre de esta manera.

"Estos muros eran de la finca de un pastor que mi abuelo compró y que mi padre convirtió en hotel. Por eso me ha encantado revitalizarlo y darle esta alegría por las noches. Muchos me dicen que he conseguido recuperar lo más chic de años atrás", confirmaba él mismo. Ahora Rachele ya es parte de las fotos familiares en las que aparecen el príncipe Alfonso de Hohenlohe sosteniendo en brazos a sus dos hijos pequeños Cristopher y Hubertus. El próximo miércoles ocho de agosto, la familia conmemora la pérdida del tío de Rachele que falleció en Tailandia

La familia bella de sangre azul 

Hubertus cuenta que está feliz de compartir aquí su vida con su familia a los que está viendo crecer con asombro. Marbella se ha convertido en un lugar importante para la familia. "Fue el pinchazo de una rueda lo que trajo mi familia al sur", ríe. "El Rolls Royce de mi abuelo Max pinchó cuando viajaba a Sevilla con mi padre Alfonso de Hohenlohe, lo que motivo que se desviaran a Marbella. Mi abuelo se enamoró de este pueblo y en 1946 compraron una finca por 120.000 pesetas donde construyeron Santa Margarita, la base de lo que es ahora Marbella Club".

Ahí es donde se reúnen las celebridades de medio mundo. La mezcla de personajes que se dejan ver en El Patio es de lo más variopinta; responde al reflejo de la nueva Marbella en la que ahora se dan cita artistas, futbolistas y aristócratas fusionados con rusos y árabes. "Mucho nuevo rico", como dice Hubertus, al que le gusta parafrasear latiguillos como "tienes que tener mucha clase para no caer en una trampa que se llama exceso".

Ines Sastre en la Gala del Cáncer de Marbella. EL ESPAÑOL.

Al aristócrata le gusta llevarse bien con todo el mundo. "Mi padre con este hotel ha dado de comer a mucha gente y por eso estoy convencido de que si se hubiera presentado a alcalde hubiera ganado. Eso debería ser la política, en definitiva. Marbella ha sobrevivido a todo a pesar de los daños. La gente sigue apostando por esta ciudad. A este lugar se le recuerda todavía por la labor del príncipe Hohenlohe".

El próximo viernes, nos cuenta Hubertus, hará una de esas fiestas en El Patio de las que hacen época en Marbella. Este ritmo de vida frenético lo comparte con Simona Gandolfi, su eterna alma gemela con la que comparte camino desde hace más de veinte años. Rachele ha sacado las aficiones de su madre y le encanta el tema del diseño. En la boutique del interior de Marbella Club, donde tienen la firma Amen, las dos disfrutan de las creaciones de las Gandolfi que comparte con diferentes marcas internacionales, y que la han convertido en un lugar de referencia dentro de la originalidad y de las nuevas tendencias.

Los otros invitados a la Gala del Cáncer 

José María Aznar (65) volvió a la gala contra el cáncer de Marbella, pero sin Ana Botella (65), el político dijo a JALEOS que su esposa estaba fuera de Marbella y le había sido posible asistir al evento solidario. El expresidente de Gobierno derrochó simpatía y chistes y se hizo retratos con todos los que querían, elogiando la belleza de la mujer española.

El Real Club de Golf de Guadalmina estuvo nutrido de mujeres bellas que quisieron ser solidarias con la Asociación Española Contra el Cáncer en Marbella (AECC). La princesa Beatriz de Orleans (76) acompañada de su modisto Zapata lucía lentejuelas y oropel. "Cumplimos años y tenemos que darnos brillo" bromeaba con este medio. La gala fue presentada por Boris Izaguirre (52), Paloma Lago (51) y Vicky Martín Berrocal (45). Nuria Fergó (39) interpretó alguno de sus temas y se mostró emocionada por ser la musa de la nueva Vuelta Ciclista a España que arrancara en Málaga y donde yo estará contribuyendo con su canción. 

Carmen Lomana (70), muy colorida en su estilismo, se presentó con un apuesto joven. "Nos vamos a casar en Sevilla. Ahora que he dicho que tengo setenta años doy más morbo que nunca a los jovencitos", bromeó la celebrity. La más monacal de todas fue Inés Sastre (44) recién llegada de Sotogrande donde dice estar recluida y no hacer vida social. "Solo salgo para jugar al golf", declaró. Sin maquillaje ni artificios apareció con dos condesas amigas suyas. Javier Conde (43) y Estrella Morente (37) tampoco faltaron. El mundo de toro estuvo presente e incluso se subastó por 4.000 euros un capote firmado por José Tomás (42). La recaudación ha sido de las más altas de todos los verano.

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