Desde que se hizo público el escándalo entre María Lapiedra (33 años) y Gustavo González (52), la presencia de la actriz en diversos programas de televisión ha crecido considerablemente, hasta el punto de convertirse en una colaboradora habitual de Sálvame. 

Sin embargo, la fama renovada de ambos se asocia a un escándalo sexual y muchas marcas no quieren que su imagen se asocie a este tipo de actos. Por eso, surge una pregunta obligada: ¿el escándalo ha beneficiado o ha perjudicado a María Lapiedra? Para contestar a esta pregunta JALEOS se ha puesto en contacto con Santiago Mollinedo, de la Agencia Publicitaria Personality Media para evaluar el caché de María Lapiedra y de Gustavo González. 

Beneficio a corto plazo

Por un lado, a María Lapiedra se ha beneficiado del escándalo en cuanto a su aparición en los programas del corazón. Como aclara el experto, su participación en este escándalo sexual le viene bien ya que es el tipo de "producto a Telecinco le apasiona, cuanta más crueldad, más oportunidad ve Sálvame" para explotarlo. 

Lo mismo ocurre con Gustavo, que ha visto cómo su fama se ha renovado. "Le viene bien porque hay determinados programas que ahora lo llamarán, es una ventana que abre una nueva oportunidad", especifica Santiago Mollinedo.

Hay que tener en cuenta que ambos personajes se mueven en el entorno de los formatos del corazón, donde todo aquello que tenga que ver con este tipo de escándalos es valorado. Por eso, el experto aclara que Sálvame es el único programa al que le interesaría este tipo de producto. 

No por ello deja de ser una gran pelotazo. Según los sueldos de otros colaboradores que se han hecho público, y teniendo en cuenta la posición actual de María Lapiedra, la catalana entrará en el programa cobrando en torno a 500 euros de media por programa. 

Asimismo, la actriz va a ser una de las concursantes en la próxima edición de Supervivientes, otro programa con el que conseguirá unos suculentos ingresos. Hay que tener en cuenta que entre los cachés más altos de este programa se encuentra Amador Mohedano (64) con un sueldo semanal de 30.000 euros, Alba Carrillo (31) con 26.000 euros semanales y Bigote Arrocet 24.000 euros a la semana. Basándonos en estas estimaciones y en la fama renovada, lo más probable es que los ingresos de la actriz se muevan entre estas cifras. 

¿Uno de los inconvenientes? El interés no es duradero. A diferencia de lo que se pueda pensar, este tipo de contenidos solo interesa a Mediaset en la medida en "que pueda generar historias". En este sentido, especifica que lo más probable es que el contrato que María Lapiedra haya firmado con el programa sea por X meses.

Un ejemplo claro de este tipo de situación lo encontramos en el caso de Belén EstebanA priori, la historia de la princesa del pueblo no prometía convertirla en la estrella de la televisión que es ahora. Sin embargo, su astucia a la hora de gestionar el contenido y su capacidad para generar otras vivencias la situaron en una habitual en los programas donde producía contenidos que los espectadores, ávidos de morbo, devoraban con gusto. ¿Ocurrirá lo mismo con María Lapiedra y con Gustavo González?

[Más información: Los negocios rentables de María Lapiedra antes de su escándalo con Gustavo]

Negativo en su imagen para las marcas

Por otro lado, otro de los efectos de este escándalo es negativo en lo que se refiere a su relación con las marcas. Según explica el experto, este escándalo "no lo beneficia desde el punto de vista de la imagen". Aclara que no existe "ninguna razón por la que una marca de determinada calidad quiere verse relacionada con este tipo de escándalos". 

En este sentido, Santiago Mollinedo aclara que esto se debe a que los consumidores no ven ninguna "aspiracionalidad" en este tipo de personajes. "Todo lo que está relacionado con el mundo del corazón se asocia con la crítica fácil, con el trabajo sin esfuerzo, como un logro profesional fuera de lo habitual que siempre es negativo". En definitiva, un tipo de producto que "no genera un valor muy favorable para la marca". 

Por ello, es probable que esas marcas de las que María Lapiedra presumía en Sálvame, asegurando que le pagaban por publicitar determinados productos o servicios, prescindan de sus servicios. 

Todo ello solo deja dos opciones a la pareja: gestionar con la suficiente astucia este escándalo para mantenerse en la parrilla del corazón de manera continua o conseguir distanciarse con el tiempo lo suficiente para que su imagen deje de asociarse con la del escándalo sexual. 

[Más información: Así describió María Lapiedra en su novela erótica sus encuentros con Gustavo]

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