No se ha visto una imagen nunca tan blanca como la que ellos proyectan. Tan nívea como sus canas, con ese corte de pelo a lo Auschwitz que se hizo tan popular en los noventa. Hasta en la tienda de tintes y productos capilares de la madrileña calle de Atocha preguntan una semana sí y a la otra también por el secreto del tono capilar de el Rosa Oriol (71 años). Pero las canas han amarilleado, la imagen de los joyeros Pili-Mili del osito feliz ha sido manchada por el barro que les ha echado encima su propia bíografa, Anna Alós que, hablando en plata, ha venido a decir que Letizia les hace publicidad llevando sus joyas por un motivo muy concreto. Como la Reina de corazones de Alicia en el País de las Maravillas pidió "que le cortaran la cabeza" a Helena Rakosnik, la esposa de Artur Mas, y Pilar Rahola, despedidas ambas de la fundación, aunque la decisión haya sido aplazada sine die.

Pues eso. Glamour y publicidad gratuita en ¡HOLA! a cambio del cese fulminante de las dos damas independentistas. Si fuera cierto, el hecho de poner a los pies de los joyeros a toda una reina de España favorecería aún más la situación actual de otros competidores como Pandora. Hace solo tres días, esta servidora fue a comprar unos pendientes para un regalo en el madrileño Corte Inglés de Sanchinarro, y en el stand de esta marca danesa, competidora directa de Tous, daban número como en la pescadería, como ocurría hace años en las tiendas del plantígrado en Toledo de la exmujer de Bono, cuya facturación ha bajado un 25 %, como ha ocurrido en las de toda España.

Rosa Oriol junto a Eugenia Martínez de Irujo.

Salvador y Rosa, una pareja muy discreta, capaz de dotar de de liquidez a la hija de toda una duquesa de Alba sin que trascendiera nunca lo que cobra Eugenia por los cuatro dibujitos que hace al año, no para en los últimos tiempos de dar titulares escandalosos.

Todo empezó con la famosa paella con Puigdemont y otros independentistas que tan cara les ha salido. Todos se rieron del tema y la vida siguió". Esto lo contaba Anna Alós el mismo día que daba el bombazo de la reina.

Pues que risa, oye, divertidísimo. ¿Cuál era su intencionalidad? Si pretendía disipar los rumores que circulan en torno a la pareja rota ex ministerial, aún ha liado más la madeja. Ahora habrá hasta quien se pregunte si fueron los dueños de la marca 'osezna' y no Úrsula Corberó (28) los que tuvieron algo que ver en la ruptura de su amiga Kylie Minogue (49) con Velencoso (39). ¿Y no será lo del intercambio de parejas un burdo intento de meterse en el rollo de inspiración sado maso de algunas piezas Aristocrazy, otra firma de joyería que les hace sombra, sin invertir un euro en diseño?.

No parece probable. El osito, un anagrama absolutamente simplón, sin soporte ideológico alguno, a no ser que advierta del calentamiento climático, les ha hecho ganar miles de millones de euros durante muchos años en detrimento de otras firmas de joyería nacionales. Escamó mucho en el sector que se les concediera el Premio Vogue de Joya Nacional para los pendientes Vitrail de Tous. Precisamente por el hecho de que fuera el premio "Nacional", una palabra que causa espanto a las huestes independentistas, pero perfecta si se quería recuperar a los compradores perdidos tras la foto de la paella con Puigdemont y la flor y nata del independentismo a la que acudió Alba Tous, presidenta de la firma e hija del matrimonio.

Los Tous son  firmes creyentes en la conveniencia de poner una vela a Dios y otra al diablo, a la mujer de un ministro socialista cuando convino y ahora otra a Sor Lucía Caram (51), la indómita monja guerrera que montó una merienda conspiratoria contra Rosa Oriol para echarla del patronato.

Rosa Oriol posa con su hija Rosa Tous, Sor Lucía Caram y el empresario Ernesto Manrique.

Este matrimonio tan enamorado, cuya boda fue planeada por sus propios padres cuando eran casi niños, sabe dar mandoblazos a derecha y a izquierda con la cintura de un espadachín. Se crecen ante la adversidad, y probablemente salgan fortalecidos de este golpe. No quiero ser mal pensada, pero no sería de extrañar que esta puñalada contra nuestra reina no sea más que un intento de contrarrestar el boicot por parte de los independentistas que llamaban a dejar de comprar sus productos a sus huestes. Y todo porque argumentaron que en la famosa paella no estaba la matriarca del clan, Rosa Oriol, y solo estaba Alba, quien mandó un comunicado interno a todas sus tiendas tras el traspiés de la foto en el que reivindicaba su vocación internacional, española y catalana.

¿Nos lo creemos o no? Si de verdad quieren demostrar su furia españolista, ¿a qué están esperando? ¿Han llamado ya a los mandos de la legión gordófobos empeñados en satisfacer la imagen de iconos gays de esta fuerza militar un osito que adorne los pechos descamisados de sus miembros? Hasta que los Tous no cambien al puñetero oso por una cabra no me lo creo.

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