La salud de uno se encuentra tanto en la mente como en el cuerpo, desde hacer deporte, hasta reír más. Todavía estás a tiempo de hacer este 2016 un año sano y más positivo. ¡Guíate con nuestro decálogo!

Haz deporte

Quemarás grasas, mejorarás el desarrollo muscular y te sentirás más ágil y activo. Pero cuando uno hace deporte, no sólo ejercita el cuerpo, sino también el cerebro. Ayuda a la concentración y es un remedio ideal para combatir el estrés. Así que mantendrás un corazón saludable y una mente más enérgica y eficaz.

Duerme más (de noche)

Ya sabes cuál es la norma: dormir al menos unas siete horas. Esto favorecerá al funcionamiento correcto del cuerpo. El insomnio tiende a descomponer el metabolismo y, si es causado por el estrés, el cuerpo genera una hormona llamada cortisol que impide bajar de peso. Así que si quieres comenzar bien tus días, comienza por dormir más (y mejor).

Sociabilízate

A veces obligarse a salir de casa no es tan mala idea. Mantener sano tus círculos sociales es un pilar importante para la buena salud. Salir de tapas, ir al cine, crear un grupo para jugar al balón prisionero (brilé) en el polideportivo más cercano… Cualquier actividad que te haga evadirte de lo cotidiano y aburrido es perfecta. Debemos aprender a socializarnos con las personas que nos rodean, conoceremos puntos de vista distintos, caminos diferentes y trabajaremos nuestra tímida actitud.

Carbohidratos para la mañana

La salud comienza con la buena alimentación. A veces oímos la palabra “dieta” y salimos todos despavoridos. Lo cierto es que tener una “dieta sana” no significa dejar de disfrutar de la gastronomía, existen cantidad de platos sanos que son un auténtico placer para el paladar. Sin embargo, sí que hay ciertas normas a tener en cuenta para tener una dieta más saludable y es pasar los carbohidratos a la mañana, ya que son lo que más energía nos aporta y por la noche cuesta más quemarlos. Así que el pan, los cereales, la pasta y el arroz, nunca después de las cuatro de la tarde.

Baila una vez por semana

Numerosos estudios científicos respaldan que bailar puede prevenir el alzhéimer y el párkinson, estimula la coordinación del cuerpo, la flexibilidad y el fortalecimiento muscular. Además, al bailar, el cuerpo segrega más serotonina, una hormona que nos mantiene felices y motivados.

Bebe más agua

Dos litros y medio de agua al día como poco. Beber agua no es sólo importante para mantenerte hidratado. Lo cierto es que muchas veces confundimos hambre con sed, por eso el agua es el mejor saciante del mundo. Toma antes de comer dos vasos de agua, y engaña al estómago para no comer en exceso.

Apúntate a una sesión de riosoterapia

¿Y por qué no? Si nunca lo has probado (ni tenías pensado hacerlo), rompe con tus miedos y prejuicios y prueba una sesión. Saldrás de ella con dolor en el abdomen… de tanto reírte. Aprenderás a quitarte la vergüenza, a disminuir tu sentido del ridículo y, sobre todo, pasar un buen rato con gente totalmente desconocida. Si no te atreves a ir solo, convence a alguien para que te acompañe.

Empieza a escuchar más

Es más sano de lo que parece. Aprenderás de los demás, sí, pero lo más importante es que comenzarás a empatizar con la gente. Olvídate de dar conferencias sobre tu vida cuando te juntes con los demás, nadie quiere escuchar soliloquios monotemáticos. Escuchar favorece la comunicación (y evitar malentendidos).

Piensa en positivo

Muchas veces, el buen humor comienza en uno mismo. Hay situaciones que no podemos controlar, pero sí nuestra perspectiva sobre ellas. Frustrarse no ayuda a casi nada. No hablamos de resignación, si no de comenzar a pensar en el lado bueno de las cosas. Esto, creas que no, lo notarás en muchos aspectos de tu vida: al realizar una entrevista de trabajo, a la hora de afrontar un nuevo proyecto o incluso a la hora de conocer gente nueva.

Aprende a divertirte contigo mismo

En la vida de todos existen épocas solitarias, aunque esto no significa tener que sentirse solo. De estos momentos uno puede aprender de uno mismo, qué nos hace sentir bien, aprender a no aburrirse. Es difícil tomar iniciativa, pero siempre será favorable comenzar a hacer cosas por nuestra propia cuenta.

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