El príncipe Guillermo (40 años) y su esposa, Kate Middleton (41), han asistido este jueves, día 9 de marzo, a un centro musulmán ubicado en la ciudad de Hayes, al oeste de Londres, para elogiar la gran recaudación de fondos conseguida por las comunidades en favor de las personas que se han quedado sin hogar después del devastador terremoto de Turquía y Siria.

Como muestra de respeto, los príncipes de Gales se quitaron los zapatos, y Kate, por su parte, se cubrió la cabeza con un pañuelo, un velo en blanco y negro de la marca pakistaní Élan. Una prenda con guiño árabe que forma parte de un conjunto que la esposa del futuro rey de Inglaterra ya lució en un viaje en 2019.

A su llegada al citado centro, Kate Middleton ha tenido que vivir un incómodo momento que la ha convertido en protagonista involuntaria de la noticia. En el instante en el que se disponían a saludar a los responsables que les daban la bienvenida, y después de que Guillermo lo hiciera sin incidentes, hubo uno, el imán Sufyan Iqbal, que negaba la mano a la princesa de Gales.

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Es un desplante que recuerda, irremediablemente, al que sufrió la reina Letizia (50) el pasado mes de enero después de que el embajador de la República Islámica de Irán, Hassan Ghashghavi (65), no le extendiera la mano en la tradicional recepción al Cuerpo Diplomático acreditado en España.

Tanto en aquella ocasión como en esta que nos atañe, ambos señores se llevaron la mano derecha al corazón. Y es que para ellos, la derecha es la mano del honor. El motivo por el que Iqbal y Ghashghavi negaron la mano a ambas royals no es otro que por el hecho de que algunos hombres musulmanes no tocan en público a mujeres con las que no tengan lazos familiares en primer grado.

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Así lo aseguró a EL ESPAÑOL Marina Fernández, directora de Comunicación y Relaciones Internacionales del Grupo Escuela Internacional de Protocolo: "Es un tema de contacto físico entre hombres y mujeres en público. El protocolo nace de las costumbres y tradiciones de los pueblos y, en Irán, las mujeres y los hombres no se tocan en público".

Kate Middleton en Hayes este jueves por la mañana. Gtres

Tal y como señala la experta a la que este periódico interpeló en su momento, para los musulmanes más conservadores, el contacto físico entre personas de distinto sexo está taxativamente prohibido a menos que estén casados o sean familiares directos, es decir, de primer grado. No sucede así con los hombres, que se saludan hasta con tres besos.

Este reprobable gesto del imán Iqbal hacia la princesa de Gales llega tan sólo 24 horas después de que se celebrase el 8-M, Día Internacional de la Mujer, una efemérides anteriormente conocida como Día de la Mujer Trabajadora y en la que se ensalza la lucha de las mujeres en su participación en la sociedad y su desarrollo en todos los ámbitos, en pos de la igualdad con el hombre.