Es el cuento de nunca acabar y, por una cosa u otra, el nombre de la reina Sofía (84 años) siempre sale a relucir cuando habla Corinna Larsen (58). La alemana vuelve a dar datos sobre cómo afrontó la mujer de Juan Carlos I (84) el escándalo suscitado a raíz de salir a la luz pública esta relación extramatrimonial y que se mantuvo durante varios pese a la ruptura de los protagonistas. 

En el episodio cinco, titulado Falsa Navidad, la empresaria relata una de las etapas más complicadas de este escándalo, cuando se gestó la entrega de 65 millones de euros a Larsen por parte del emérito. Con la opinión pública en su contra y movimientos para preparar la abdicación en favor de Felipe VI (54), la relación con la Familia Real era complicada y se preveían unas Navidades complicadas de 2012.

"La reina Sofía vive prácticamente en el hotel Claridge de Londres, lejos de su marido infiel y solo vuela a España para eventos oficiales", se dice en el podcast. Aquel era su refugio, el lugar en el que encontraba algo de paz, a 1.800 kilómetros de Zarzuela y sin tener que convivir con el Rey. La elección del lugar no parece casual, pues tiene un significado muy especial para Sofía.

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Entrada del hotel Claridge.

Fue allí donde, según narra la escritora Pilar Eyre (71) en su libro La soledad de la reina, surgió el flechazo entre la emérita y el entonces príncipe Juan Carlos. Ambos asistían a la boda de los duques de Kent y el Claridge era el establecimiento donde se alojaban los invitados más importantes. El encuentro de la pareja tuvo lugar en la recepción del hotel y un año después posaban allí mismo para anunciar su compromiso. Han sido múltiples las ocasiones en que la pareja ha vuelto a alojarse en el mítico establecimiento.

Pese a los recuerdos que esconden sus estancias, Sofía pensó que no podía haber lugar mejor para esconderse en uno de los peores momentos de su matrimonio. Ahora, con el emérito en Abu Dabi, sí está en Zarzuela, aunque Londres sigue siendo una de sus ciudades favoritos y el Claridge, su segundo hogar.

Este hotel de cinco estrellas es uno de los más emblemáticos de la capital inglesa. Tiene una larga historia detrás, pues se inauguró en 1812 con otro nombre y no fue hasta medio siglo después cuando el matrimonio Claridge lo compró y le dio el calificativo que tiene actualmente. Está estrechamente relacionado con la realeza, por la cantidad de huéspedes de sangre azul que lo visitan, además de estrellas de cine, diseñadores de moda y dignatarios mundiales. 

Su exquisita y lujosa decoración de estilo art deco es sólo uno de sus atractivos. El hotel tiene todas las comodidades: desde el imponente spa, hasta café literario pasando por una galería de arte. Estos dos últimos detalles son muy del gusto de la emérita Sofía, apasionada de la literatura y la pintura. 

El spa y uno de los restaurantes del hotel.

En cuanto a la habitación que podría ocupar la madre de Felipe VI durante esa época durante la cual pasaba allí largas estancias, el hotel dispone de varias opciones de lujo: la de más alta categoría es la Royal Suite. Tiene 223 metros cuadrados, divididos en varias estancias. La habitación, con dos camas emperador; un salón con varios sofás, una mesa de centro y un piano de cola; otra sala contigua con una mesa de comedor de caoba con hilos dorados para ocho comensales; un vestidor y un lujoso baño de mármol.

Además, esta suite tiene mayordomo disponible las 24 horas y muchos de los motivos y materiales del diseño de la estancia, desde los muebles al papel de las paredes y los textiles, reflejan la coronación de Isabel II, el vestido bordado que llevó y la cena de celebración que se llevó a cabo en el hotel, en el año 1953. 

Imágenes de la 'Suite Royal'.

El precio de esta suite, que sólo se puede consultar directamente con los responsables del hotel, debe ser de varios miles de euros, teniendo en cuenta que las habitaciones más normales y baratas se mueven en un rango entre 1.200 y 1.800 euros la noche dependiendo de la temporada. Además de la Royal, hay otras estancias también muy lujosas, bastantes más pequeñas pero muy adecuadas para una persona sola como le pasa a la emérita Sofía.