Este sábado es una fecha marcada en el calendario de la reina Isabel II (94 años). Se cumplen 69 años de la muerte de su padre, Jorge VI del Reino Unido, y por consiguiente, de su ascenso al trono británico. Aunque su coronación se llevó a cabo el 2 de julio de 1953, fue a partir del 6 de febrero de 1952 cuando comenzaron sus funciones como monarca. Este año, además de agridulce, será una conmemoración muy distinta a la del pasado, debido a la pandemia y las consecuencias que esta ha generado en la rutina y las tradiciones de la madre del príncipe Carlos (72).

Año tras año, la Reina ha permanecido en su finca de Sandringham durante las fiestas navideñas y hasta después del aniversario de la muerte de su padre, quien precisamente falleció en esta residencia hace 69 años, aquejado de un cáncer de pulmón. Entonces, Isabel II se encontraba junto a su marido, Felipe de Edimburgo (99), en Kenia, como parte de una gira por los países de la Commonwealth. 

La reina Isabel y el duque de Edimburgo tras la coronación de la monarca. Gtres

Tradicionalmente, la reina Isabel ha conmemorado esta fecha en privado y en su residencia en el condado de Norfolk, antes de regresar al palacio de Buckingham. Sin embargo, en esta ocasión estará en el castillo de Windsor, donde permanece debido al confinamiento total en Inglaterra, decretado por Boris Johnson (56) a comienzos del pasado mes de enero. Sin embargo, la pareja llegó a este palacio semanas antes para celebrar allí la Navidad, por primera vez en 37 años y sin la compañía de su familia.

En su momento, fuentes cercanas a la Casa Real británica aseguraron al periódico Daily Telegraph que Isabel II y el duque de Edimburgo permanecerían en Windsor por ser personas de riesgo. De acuerdo con el diario británico, factores como la avanzada edad de la monarca y de su marido, así como su relativa fragilidad, se tomaron en cuenta a la hora de valorar sus opciones de cara a las celebraciones, marcadas desde el año pasado por las restricciones de la pandemia. Una crisis que Isabel II ha afrontado con total prudencia y que la ha obligado a reinventarse a sus 94 años. 

La reina Isabel y el duque de Edimburgo, durante su aniversario en el castillo de Windsor. Gtres

La Reina, al igual que otros monarcas, cambió los actos multitudinarios y las recepciones en el palacio por las videoconferencias. El pasado mes de marzo, Isabel II se trasladó al castillo de Windsor, desde donde atendió todos sus compromisos de forma telemática. Con el fin de permanecer aislada, por un largo tiempo la monarca solo estuvo en contacto con su marido y el personal de la mencionada residencia. Fue en agosto cuando pudo reencontrarse con algunos miembros de su familia tras hacer un viaje privado a Balmoral, en Escocia.

Dos meses después, Isabel II retomó su agenda pública y se alejó, por primera vez, de su grupo reducido de personal, denominado 'Burbuja de Su Majestad'. Entonces, la Reina visitó el Laboratorio de Ciencia y Tecnología de Defensa en Port Down, junto a su nieto, el príncipe Guillermo (38). Pero ahora los planes han vuelto a cambiar. La situación es muy similar a la de hace casi un año, cuando comenzó la pandemia, y la monarca se ha visto obligada a tomar acciones.  

La reina Isabel, durante una reunión telemática. Gtres

Vacunada contra la Covid

Durante su estancia en el castillo de Windsor, la Reina y su marido han recibido la vacuna contra la Covid-19. Así lo comunicó el pasado 9 de enero un portavoz del palacio de Buckingham, en un gesto inusual, ya que rara vez se desvela lo relacionado con la salud de la monarca. Sin embargo, esta vez pudo haber sido la propia Isabel II quien decidiera notificarlo públicamente, para evitar inexactitudes y mayores especulaciones.

Según confirmó entonces una fuente real al periódico británico Daily Maillas inyecciones fueron administradas por un médico doméstico y siguiendo rigurosamente el protocolo impuesto por la pandemia.

[Más información: Isabel II y Felipe de Edimburgo ya han recibido la vacuna contra la Covid en el castillo de Windsor]

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