La familia real belga ha decidido cancelar toda su agenda ante la epidemia del coronavirus, en un contexto en el que el Gobierno de Bélgica ha acordado medidas drásticas a partir de la medianoche de este viernes para contener el brote, incluido el cierre de restaurantes y la suspensión de clases.

El portavoz de la Casa Real belga, Patrick Gouders, confirmó este viernes a Efe que las actividades de la familia real "se retrasan o se anulan".

Ayer mismo, ya se informó de que los dos actos a los que tenía previsto acudir la reina Matilde (47 años) hoy no se llevarían a cabo.

Sin embargo, el rey Felipe (59) sí acudió el miércoles a un centro científico y de investigación en Bruselas en el que le informaron sobre el desarrollo de la epidemia de COVID-19.

La familia real belga en uno de sus últimos actos públicos. Gtres

Bélgica ha acordado implantar a partir de la medianoche del viernes al sábado medidas drásticas para frenar la propagación del coronavirus, incluido el cierre de restaurantes, bares, discotecas y la cancelación de actividades recreativas, deportivas y culturales, así como la suspensión de las clases en escuelas, aunque no su cierre.

Las medidas, que excluyen a los hoteles, se aplicarán hasta el próximo 3 de abril.

Las tiendas como supermercados y farmacias permanecerán abiertas durante toda la semana incluido el fin de semana, mientras que el resto de comercios abrirá de lunes a viernes.

En los colegios, el Gobierno belga ha decidido mantener un servicio de acogida para los niños con familias que no tengan opción de cuidarlos, destinado a evitar que los abuelos, que se encuentran entre la población más vulnerable al virus, tengan que hacerse cargo de los nietos.

Bélgica, que cuenta con 11,4 millones de habitantes, tenía hasta el jueves 12 de marzo 399 casos de coronavirus.

Tres personas, de 90, 73 y 86 años, han fallecido hasta la fecha como consecuencia del COVID-19.

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