Después del anuncio del compromiso entre Meghan Markle (36 años) y el príncipe Harry (33), todo lo que tenga que ver con la joven actriz se ha revalorizado. Por eso, no extraña que sean muchos los interesados en adquirir su casa en Toronto, a un precio de 1.395.000 dólares. 

Aunque es cierto que la vivienda es bonita, acogedora y está muy bien decorada, lo que más interesa a los futuros compradores es que estas paredes fueron testigos del romance entre el príncipe y la actriz. El escenario único de todo un cuento de hadas. El propio Harry explicó en referencia a esta casa: "Realmente pudimos tener mucho tiempo para conectar, y nunca pasamos más de dos semanas sin vernos, a pesar de que evidentemente manteníamos una relación a distancia... Lo hicimos funcionar", sobre todo, por estos pequeños paraísos de intimidad. 

La casa, situada en un barrio residencial de la ciudad, tiene dos pisos y se encuentra a la venta a través de una agencia inmobiliaria de la zona. La vivienda, decorada en tonos claros, cuenta con tres dormitorios, dos baños, un garaje para dos coches y un área exterior del que disfrutaban sus dos perros. 

Otro de los puntos fuertes de la propiedad es la cocina, que está decorada de forma elegante con gabinetes blancos y equipada con electrodomésticos de alta gama en acero inoxidable. 

La casa tiene un ambiente acogedor, y la joven ha podido disfrutar de grandes momentos entre estas cuatro paredes. Como se puede comprobar a través de sus redes sociales, era habitual que la actriz invitara a sus amigos para disfrutar de largas comidas o que aprovechara la zona exterior para jugar con sus mascotas.

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Acostumbrada a las casas humildes

Antes de vivir en este casa, y mucho antes de residir el palecete de Nottingham Cottage, la actriz disfrutó de su infancia en una humilde vivienda, situada en Crenshaw (una zona con un alto índice de conflictividad de Los Ángeles). 

Se trata de la casa de la madre de Meghan, Doria Ragland (61), una vivienda unifamiliar de una planta, con el exterior pintado de verde pistacho, con un techo de doble agua con tejas marrones y con grandes cactus en la parte frontal. 

Lo más curioso de este domicilio es su ubicación, y es que en este suburbio es habitual que sucedan algunos delitos, incluyendo asesinatos, robos, y múltiples crímenes relacionados con drogas, robos de vehículos, vandalismo y escándalo público. 

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