Desde que se hizo oficial el compromiso entre Meghan Markle (36 años) y el príncipe Harry (33) la vida de la actriz ha dado un giro de 180 grados. Sin embargo, no ha habido suficientes cambios, y es que ella va a tener que someterse a una renovación de imagen para adecuarse a las estrictas normas de la Familia Real británica. 

Parece que, por el momento, Meghan no domina todos los códigos de etiqueta Real, más ahora que todos sus actos serán analizados con lupa. Willian Hanson, experto en etiqueta, ha explicado en Daily Mail los primeros fallos protocolarios cometidos por la futura Duquesa de Sussex en sus recientes apariciones públicas. 

Tomando la delantera frente a Harry

En el anuncio de su compromiso, Meghan Markle consiguió superar las expectativas y comportarse como una más de la Familia Real. Con una gabardina blanca, un vestido verde hasta la rodilla y unos tacones en color beige consiguió seguir el "código de vestimenta perfecta", según William Hanson. 

La pareja durante el anuncio de su compromiso. Gtres

No obstante, en su siguiente aparición pública la actriz tomó algunas decisiones que no fueron muy acertadas. Por un lado, la actriz caminó delante del príncipe Harry durante una parte de su visita oficial a Nottingham el viernes, su primera aparición pública tras el compromiso. Aunque es un detalle que tampoco reviste mucha importancia, William especifica que lo normal habría sido que Harry "liderara la marcha como miembro de sangre de la Familia Real". Por eso, y por anticuado que parezca, el protocolo estipularía que Meghan caminara unos pasos por detrás de su prometido. 

Por otro lado, la actriz se mostró demasiado efusiva cuando se dirigió hacia la multitud que esperaba entusiasmada a los recién prometidos. El experto en protocolo asegura que este sería su punto débil, por lo que recomienda a la futura duquesa "ajustar" sus expresiones para no mostrarse "demasiado entusiasta".

Concretamente, William compara el gesto de la actriz con el de un "molusco que abre y cierra rápidamente los dedos contra las palmas". Para evitar este tipo de aspavientos, el especialista recomienda que la joven forme un ángulo recto con su brazo y que mueva su mano ligeramente de izquierda a derecha. 

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Cruzar las piernas, un acto imperdonable

Otro de los gestos que Meghan Markle deberá cuidar ahora que forma parte de la Familia Real es la forma en la que se sienta. El especialista llamó la atención sobre la primera vez que la pareja fue vista en público durante los juegos Invictus en septiembre de 2017.

La actriz y el príncipe en su primera aparición pública. Gtres

Mientras veían el espectáculo, la joven se sentó al lado del príncipe con las piernas cruzadas, un hecho que no tiene cabida en la Familia Real. "La realeza no debe cruzar las piernas, es algo que la Duquesa de Cambridge ya sabe", comenta el especialista. 

No sólo eso, la joven se ha acostumbrado a sentarse con los tobillos separados, algo que también tendrá que vigilar. "La reina y la  duquesa de Cornualles siempre ponen un tobillo detrás del otro y mantienen las rodillas hieráticas al sentarse", comenta el experto. 

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No más selfies ni pantalones rotos

Otro de los hábitos que Meghan tendrá que cambiar es su forma de actuar en las redes sociales. En su etapa como actriz, era habitual que su Instagram estuviera repleto de selfies en distintas poses y en las situaciones más variopintas. No obstante, todo esto ha quedado en el pasado desde el momento en que se hizo oficial su relación con el príncipe. Una orden que parece haber entendido a la perfección, como pudimos comprobar en su visita a Nottingham; cuando rechazó repetidamente las peticiones de los fanáticos de hacerse un selfie con ella. 

Meghan Markle y el príncipe. Gtres

Asimismo, deberá dejar de usar algunas de sus prendas favoritas, como los vaqueros rotos. A partir de ahora, contará con un grupo de estilistas y asesores de imagen que le aconsejarán sobre qué vestir en cada momento. 

La futura duquesa también tendrá que aprender a inclinarse ante los miembros reales. Aunque por el momento el protocolo no le exige llevar a cabo la reverencia por ser estadounidense, cuando se convierta en ciudadana de Reino Unido deberá cumplir con la tradición. "Cuando camine sola por un pasillo del Palacio de Kensington, tendrá que inclinarse ante toda la gente de sangre real", especifica el experto en protocolo. 

Una costumbre que también tendrá que seguir a rajatabla tras contraer matrimonio con Harry: "Deberá inclinarse ante los miembros de la familia real de un rango más alto", una posición que ocupan el príncipe George (4), la princesa Charlotte (2) y Kate Middleton (35), entre otros. 

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