Este domingo la reina pondrá rumbo a Senegal para comenzar, el lunes su segundo viaje con la Agencia de Cooperación Española. En estos momentos en el Palacio de la Zarzuela, en el Pabellón del Príncipe, la doncella de Letizia (45) ultima los detalles del equipaje que viajará con la monarca hasta Dakar. Esta vez hay un solo objetivo: aprender y no volver a cometer los mismos errores, estilísticamente hablando, que se cometieron en el primer viaje de Cooperación que la Reina realizó en 2015.

Porque esta no es una ocasión en la que el vestuario sea importante, la presencia de la esposa de Felipe VI (49) tiene que valer para dar visibilidad al trabajo que realizan los cooperantes españoles en tierra africana y eso, hace dos años quedó diluido por culpa de los looks que se eligieron para la visita. Y esto es algo que preocupa, y mucho, a Letizia y su equipo.

Lo que mal empieza…

En mayo de 2015 Letizia tomaba el relevo como reina cooperante de mano de su suegra, la reina Sofía (79). El destino elegido para aquella primera vez fueron los trabajos que la Agencia Española de Cooperación realiza en Honduras y El Salvador. Una de las cosas que el nuevo equipo de Zarzuela tenía claro para aquella ocasión era que tenía que ser distinto a los viajes de la madre de Felipe VI. La nueva reina, con ideas más modernas, quería centrarse en los temas más centrados en la mujer, proyectos culturales para conseguir que la infancia se interese por la educación… es decir: más ciudad y menos campo. Además, Letizia quería reunirse, como ha hecho hace poco en su visita en solitario a México, con los máximos mandatarios de los países en los que se encuentra. Y ahí vino su primer error, de estilismo, claro.

La monarca ocupó la portada de todos los periódicos hondureños la mañana siguiente a su llegada a Tegucigalpa. Todo porque la noche anterior Letizia apareció como una estrella de Hollywood en la alfombra roja de la residencia oficial de Juan Orlando Hernández, presidente del país, y su esposa Ana.

Letizia junto a la primera dama de Honduras, Ana García. Gtres

La mujer de Felipe VI eligió un vestido palabra de honor con microlentejuelas de Felipe Varela que había estrenado unos meses antes en Madrid con motivo de unos premios de una conocida revista de moda. Como complementos, unos salones de Prada y un bolso negro de mano con forma de baguette. Las joyas tampoco se quedaron cortas, los pendientes en forma de lágrima de diamantes de Yanes y el brazalete de barras de Cartier. Un look perfecto para los Oscar pero un error para iniciar un viaje de cooperación. La Primera Dama hondureña, que llevaba una sencilla falda con blusa a juego, debió de pensar al verla que con el presupuesto de ese vestuario, de esa sola noche de Letizia, se daba de comer a una familia hondureña durante muchos meses. Lo cierto es que las críticas le cayeron por todos lados.

Durante el resto del viaje por Honduras y Salvador se intentó que el look de la reina pasara desapercibido, y por eso optó por bailarinas, blusas, camisas sencillas y pantalones. Ya que se había hablado demasiado del atuendo ‘real’, cosa que molestó mucho a Letizia en aquella ocasión.

Por eso esta vez no quiere que tales errores se repitan. En el país subsahariano no se producirá el encuentro con el presidente senegalés, Macky Sall, pero sí cenará con su esposa, Marienne Faye Sall, aunque sin alfombra roja; solamente será un almuerzo. Luego, la reina conocerá en la capital, Dakar, varios centros financiados por Cooperación Española que tienen como finalidad afianzar la democracia en el país y promover su desarrollo.

Letizia intentó pasar desapercibida el resto del viaje, en 2015. Gtres

Uno de los actos en el que Letizia ha puesto más interés es en el proyecto dedicado a formar agentes de salud para ayudar a luchar con la mutilación genital femenina, una práctica que, aunque está prohibida, sigue teniendo una incidencia muy alta en Senegal. Con ese propósito, la monarca se reunirá con investigadoras y defensoras de los derechos de las mujeres.

Pero este año, el estilismo está controlado, cualquiera de los outfit de ejecutiva que tanto usa en Madrid, le sirven para estas reuniones, y así dar poco de qué hablar a los que sólo buscan comentar los errores o aciertos de sus looks.

Noticias relacionadas