"Me acaba de dar un pinchazo en un nervio del cuello, he tenido que reorganizar mi tarde, ¡en verdad duele!", Katie May compartía su dolor en Twitter en medio de uno de los shootings de fotos que tenía programados para el lunes. Pocas horas después, sucedía la tragedia y la modelo moría en el hospital de Los Ángeles. La sugerente maniquí había protagonizado reportajes en exclusiva para Playboy, GQ y Sports Illustrated. Decidió explotar su exuberante físico en su perfil de Instagram donde podía presumir de atesorar más de dos millones de seguidores a los que premiaba con poses de escándalo.

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El 'pequeño pinchazo' que sentía en su cuello era en realidad una rotura en la arteria carótida (donde padecía el dolor) que poco después derivó en un derrame cerebral, lo que causó la trágica muerte. 

Katie May, la modelo de Palyboy, se mostraba sin pudor en Instagram Instagram

Autoprocolamada como la reina de Snapchat deja una hija de siete años y a una familia destrozada. "La echaremos de menos todo el tiempo", relató su hermano al conocer su muerte.

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May comenzó su carrera como relaciones públicas para una marca de moda. Fundó su propia agencia de relaciones públicas que quebró con la llegada de la crisis. Un día decidió hacerse un autoeportaje que luego compartió en sus redes sociales. Lo que empezó como un juego convirtió a la ocasional modelo en viral lo que provocó el nacimiento de su carrera como estrella social media. 

Trataba de transmitir a sus seguidores "que el sexo vende, pero desde la visión de una modelo inteligente y con confianza". "Puedes hacer más en las redes sociales que vender té y proteínas. No hace falta que seas una estrella de cine o un músico famoso para tener influencia".