Vivimos en una sociedad en la que cada día crece más y más nuestro interés por cuidar nuestro cuerpo y nuestra salud, consumiendo en mayor medida alimentos saludables con menos cantidad de grasas y en general que estén menos procesados. Pero… ¿Qué es lo saludable? Vamos a los supermercados y nos llama bastante la atención la comida en cuyos envases aparecen las palabras light, sin azúcares añadidos y sobre todo biológico. ¿Nos fiamos? Con tantos rumores que escuchamos constantemente sobre la procedencia de las verduras o frutas biológicas, está claro que, en alguno de los casos, puede que nos estén dando gato por liebre.

La única manera de saber si se tratan realmente de alimentos con la etiqueta "Bio", es conocer su origen. Para ello puedes indagar un poco más sobre la producción o puedes llegar a la conclusión de cultivar tu propio huerto, algo que se ha puesto muy de moda en los últimos años. Ya os dimos los trucos para crear tu propio huerto urbano, ahora os damos las pautas para plantar tú mismo los tomates. 

Variedades de tomates fáciles de cultivar

Podemos dividir los tipos de tomates en dos grupos distintos, ya que estos al cultivarse tienen comportamientos totalmente desiguales:

  • Tomates determinados: corresponden los tomates cherrys gold nugget, el tomate Rio y el Roma. Cuando se siembra cualquiera de ellos, su planta posee la peculiaridad de no crecer en exceso, es decir tiene un tope por lo que es fácil de controlar. Además, al ser compacta y arbustiva no necesita entutorado ni poda, por lo tanto, es perfecta para plantar en maceta en casa.
  • Tomates indeterminados: pertenece a este tipo el tomate marmande, muchamiel, black cherry o Green zebra. Su planta crece ilimitadamente por lo que es necesario ponerle un tutor o caña de bambú para que esta no se caiga por el peso, son ideales para huerto. También tendrás que retirarle las ramitas o chupones que estorban. Probablemente no te suenen estos nombres, pues en la frutería los compras bajo un nombre más comercial. Pero cuando adquieras las semillas en una tienda especializada de jardinería, si que llevarán algunas de estas denominaciones.

Cómo cultivar tomates en el huerto

Una vez hayas seleccionado las semillas de tomates que quieres plantar de la categoría de indeterminados, es hora de introducirlas en unos semilleros con sustrato que recomiendo que sea biológico o de coco. Existen bandejas especiales que vienen preparadas con huecos donde colocar directamente las semillas, pero si lo prefieres puedes utilizar pequeños recipientes de plástico tipo tupper.

Este proceso se denomina germinación, no importa si lo hacemos primeramente en casa pues hasta más o menos mitad de primavera no podremos trasplantar las raíces al huerto, por eso lo ideal sería comenzar este proceso en invierno. Eso sí, hay que tener en cuenta que debemos tapar este semillero como si se tratase de un invernadero. Durante este tiempo antes de trasplantar, es importante mantener las semillas siempre húmedas, pero sin pasarnos ya que podríamos dañar la planta.

Cuando llegue el momento de pasar las raíces al huerto, primero hay que cerciorarse de que la tierra es rica en nutrientes, si nuestro suelo no es de muy buena calidad, tendremos que hacer uso de algunos sustratos universales que le ayuden. La distancia en la que tendremos que hacer surcos para trasplantar nuestros germinados será aproximadamente de 60 cm, ya que debe darles bastante el sol y permitir que pase el aire entre ellas. Cuando las plantas alcancen unos 25 o 30 cm de longitud, es indispensable para su buen crecimiento que ayudemos al tallo con un tutor o caña de bambú donde lo ataremos, pues en su defecto, la planta no podría con el peso de los tomates.

Para su mantenimiento, semanalmente debemos retirar los chupones que salen de las axilas de la hoja, para que puedan salir más frutos. Como último consejo, te recomiendo que las riegues todos los días, pero sin pasarte. Un exceso de agua podría echar a perder todo el cultivo.

Cómo plantar tomates en macetas

Cuando se trata de plantar tomates en macetas, la germinación se hace en un semillero tapado o invernadero protegido. Existen algunos semilleros calefactados que te permitirán mantener la temperatura óptima para el buen crecimiento de las plantas. Este proceso de germinación también podemos hacerlo en una maceta, pero debes tener cuidado pues luego deberás separarlas y trasplantarlas una a una en macetas distintas.

Si hemos comenzado este proceso en enero, aproximadamente a mediados de marzo ya podremos desproteger nuestro semillero. A partir de aquí deberás estar pendiente pues cuando la planta haya desarrollado sus 4 hojas verdaderas será el momento de hacer su traspaso a la maceta. La maceta debe tener unas características especiales: mínimo unos 30 cm de diámetro y otros 30 cm de profundidad, debe tener agujeros en la parte inferior para que facilite el drenaje de agua y tendremos que colocar un plato debajo para evitar pérdidas.

Llena de tierra de cultivo la maceta, pero deja unos 5 cm libres y haz una pequeña hendidura para facilitar el proceso de trasplantado. Con un utensilio que nos sirva de ayuda, retiramos una a una y con cuidado, cada planta del primer recipiente, maceta o semillero. Ahora si, la plantamos en su nueva maceta intentando que el tallo quede por dentro de la arena.

Ahora que ya tienes todos los pasos para plantar tus propios tomates 100% naturales, solo tienes que cuidarlos con mimo y tendrás un ingrediente maravilloso para tus próximas ensaladas.