Si tienes pensado usar mucho tu bibicleta este verano, como por ejemplo, hacer el Camino de Santiago por España, no te olvides de lavarla. Y es que retirar la suciedad que se acumula en la bici después de una competición o una jornada de entrenamiento, evitará que sus componentes acaben por estropearse, acortando así su vida útil y obligándonos a gastar más dinero antes de tiempo.

Además, limpiar bicicleta de montaña también afectará a su rendimiento. Por ejemplo, si acumula barro y suciedad en la zona de la transmisión, su rendimiento podría descender entre un 1 y un 3%. ¡Descubre los siguientes trucos para lavar una bicicleta de montaña!

¿Qué necesito para lavar una bicicleta de montaña?

En primer lugar, algo imprescindible para llevar a cabo la limpieza completa de nuestra bici es tener a mano agua y jabón desengrasante. También necesitarás dos trapos, uno para limpiar las zonas donde se acumula la grasa y otro limpio para el resto, un lubricante específico para bicicletas, una varilla para pasarla entre los platos delanteros y los discos del casete, y un cepillo.

Además, también serán necesarias ciertas herramientas imprescindibles para desmontar algunas piezas, pero bastará con las que tengas en tu caja de herramientas. Puedes sustituir el agua y el jabón por algún producto específico para tal fin, aunque debes tener en cuenta que no deben ser líquidos abrasivos para evitar daños, sobre todo en el cuadro.

Por último, si tienes bastante espacio en casa y no te importa invertir un poco más de dinero, puedes utilizar otros elementos que harán que lavar una bicicleta de montaña sea una tarea más fácil, como un soporte para elevar la bicicleta o una linterna LED para poder inspeccionar cada pequeño rincón y dejarlo como nuevo.

Trucos para lavar una bicicleta de montaña

1. Empieza por el cuadro y sigue por las ruedas

Para comenzar a limpiar bicicleta de montaña, primero retira las dos ruedas y, poco a poco, el resto de los accesorios. A continuación, pulveriza la mezcla de agua y jabón, o el producto de limpieza que hayas escogido, sobre el cuadro.

Evita utilizar agua a presión o mangueras, pues te sorprendería lo fácil que resulta estropear alguna parte del cuadro. Sobre todo, podrías dañar el cambio, los rodamientos o la suspensión. Después, pasa un trapo de franela si es posible por las zonas rociadas. Aquí tienes la posibilidad de adentrarte en algunas zonas más ocultas a simple vista, como la horquilla, el pedalier o los frenos.

Una vez que el cuadro esté limpio, es el turno de las ruedas. Para limpiarlas de forma correcta, rocía sobre ellas el mismo producto que has usado para los radios, el cuadro, las llantas y los bujes. Después, utiliza otro trapo limpio para retirar la suciedad, y también puedes limpiar los perfiles. Antes de colocar las ruedas de nuevo en la bicicleta, deben estar completamente secas.

2. Cómo limpiar la transmisión

Para lavar una bicicleta de montaña de forma correcta, no debemos olvidarnos del cassette, el plato, el desviador y los piñones, pues se trata del corazón de nuestra bici. Por ello, debemos hacerlo además con especial cuidado, aplicando un desengrasante jabonoso en todas estas zonas que después frotaremos con la ayuda de un cepillo.

Si utilizas un limpiacadenas la tarea será más sencilla y rápida, y recuerda que merece la pena poner un énfasis especial en las roldanas, pues suelen acumular bastante suciedad.

3. ¡No te olvides de la cadena!

Si limpias la transmisión, que es el corazón de la bici, debes hacer lo mismo con la cadena, que sería como cuidar su sistema circulatorio. Existen herramientas especiales para ayudarte a limpiar y desengrasar la cadena, pero si no dispones de ellas, un trapo de franela o un cepillo de dientes pueden ser unos buenos aliados para ayudarte con esta labor.

Para ello, rocía el trapo o el cepillo con un disolvente desengrasante, colócalo sobre la cadena y da algunas pedaladas lentas para que la suciedad vaya quedando adherida al trapo. A continuación, retira la suciedad de los engranajes, así como de las crestas con una escobilla previamente sumergida en agua y disolvente.

El siguiente paso será engrasar la cadena, así como todos los componentes de la transmisión. Para terminar, recuerda que no debes dejar que la bicicleta se seque sola al aire libre, sino que tendrás que hacerlo tú mismo con una toalla limpia. Si tienes un compresor de aire para hacerlo, mucho mejor.

Cada cuánto tiempo limpiar bicicleta de montaña

Ya conoces el procedimiento y los mejores trucos para lavar una bicicleta de montaña, pero de poco servirá guardarla en un lugar adecuado si después no la limpias debidamente. Y es que el barro, la arena, el sudor o el agua de lluvia, incluso la sal de las zonas cercanas al mar, son enemigos fatales de tu bicicleta a corto y largo plazo.

De hecho, podría aparecer óxido en algunas partes. Por ello, lo ideal es hacerle una limpieza rápida de mantenimiento después de cada uso. Además, de forma periódica y según el uso que le demos, debes lavar una bicicleta de montaña por completo siguiendo estos consejos básicos:

Aprovecha cuando vayas a limpiar bicicleta de montaña para comprobar el estado general de todas sus partes. Esto es una labor preventiva que servirá además para detectar averías, holguras, roces, etc.

No cometas el error de guiarte solo por el precio cuando vayas a comprar productos destinados a la limpieza de tu bicicleta. Recuerda que lo barato sale caro, así que adquiere productos de la mejor calidad.

Por último, tan importante es la limpieza como la lubricación en las partes motrices de la bici. De hecho, la una sin la otra es contraproducente para alargar la vida útil de los elementos que componen tu bicicleta.

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