Aunque el origen que nos provoca el ronquido puede tener varias causas, si los ronquidos persisten hay que visitar al médico ya uno de los motivos que los provocan es debido a la apnea obstructiva del sueño, que puede asociarse a accidentes cerebro-vasculares, hipertensión arterial o infarto agudo de miocardio.

A pesar de ello, hay otras causas por las que se puede roncar, como veremos más adelante.

Causas de los ronquidos

Aunque puede existir la apnea obstructiva del sueño, no todas las personas que roncan la tienen. Hay diferentes motivos por los que se puede roncar, como por ejemplo:

  • El consumo de alcohol puede ser una de las causas, sobre todo si se bebe bastante antes de dormir. La razón es porque el alcohol relaja los músculos de la garganta y además, también reduce las defensas naturales que se tienen contra la obstrucción de las vías respiratorias.
  • Un problema nasal puede ser el desencadenante de los ronquidos. Puede ser por una congestión, vegetaciones o tener el tabique nasal desviado. En este caso, se recomienda visitar al especialista.
  • La forma de la boca también influye en los ronquidos, como tener un paladar bajo y grueso, lo que puede hacer que se estrechen las vías respiratorias.
  • Las personas con sobrepeso también tienen predisposición a roncar por la existencia de tejidos adicionales en la parte posterior de la garganta.
  • Dormir en una mala postura es algo muy común entre las personas que roncan. Los ronquidos son más frecuentes en las personas que duermen boca arriba. Esto es debido al efecto de la gravedad sobre la garganta, que estrecha las vías respiratorias. Por otro lado, los músculos de la lengua se relajan y pueden obstruir la zona parcialmente.
  • La privación del sueño. El hecho de no dormir lo suficiente hace que la garganta se relaje demasiado pudiendo hacernos roncar.

Tratamiento para los ronquidos

Hay diferentes medidas generales que pueden ser tenidas en cuenta para reducir o evitar los ronquidos durante el sueño:

  • Evitar la utilización de antihistamínicos y/o tranquilizantes antes de acostarse.
  • No consumir bebidas alcohólicas antes de irnos a dormir.
  • No comer demasiado antes de irnos a dormir.
  • Evitar la vida sedentaria. Se aconseja realizar ejercicio físico una hora al día.
  • Colocar la cama inclinada, procurando levantar la cabecera.
  • Preferiblemente, dormir de costado mejor que boca arriba.
  • Evitar el cansancio extremo.

Si se ronca demasiado, es recomendable hacerse un estudio médico de la boca, paladar, nariz, cuello y garganta. El profesional facultativo podría recomendar un estudio de Rx de senos paranasales o de cavum en el caso de los niños. Si el profesional detecta una causa, hay que tomar las medidas apropiadas:

  • Tratamiento de una alergia nasal o infección.
  • Extirpación de las amígdalas o de los adenoides, (conocidos como vegetaciones).
  • Someterse a una intervención quirúrgica de rinoplastia.
  • Reducción del tamaño del paladar y garganta mediante intervención quirúrgica.

Remedios caseros para dejar de roncar

No todas las personas que roncan tienen que pasar por el médico ni someterse a una intervención. En muchos casos, los remedios de toda la vida pueden ayudar a dejar de roncar o a hacerlo con menos frecuencia.

  • Uno de los remedios de la abuela son las inhalaciones de menta y eucalipto. Tienen un gran poder para abrir las vías respiratorias y suavizar la garganta. Lo más aconsejable es hacer las inhalaciones antes de acostarse. Además, se recomienda poner unas cuantas gotas en la zona de la cabecera de la cama antes de acostarse.
  • Si hablamos de inhalaciones, siempre se puede hacer un inhalador casero. Podemos preparar una solución salina con una taza de agua a temperatura ambiente, media cucharadita de sal y una pizca de bicarbonato de sodio. Cuando tengamos congestión o se nos suela taponar la nariz en la cama, aplicaremos un chorrito de la mezcla.
  • Todos sabemos de las excelentes propiedades de la miel. Una de ellas es que es un excelente expectorante natural. Nos ayuda a controlar las infecciones de garganta, a reducir la irritación de las vías respiratorias, a eliminar las flemas, etc. Todos estos son factores que pueden estar provocando los ronquidos. Para evitarlo, lo mejor es hacer gárgaras con una infusión de media taza de agua, hojas de frambuesa y dos cucharadas de miel.
  • El aceite de oliva puede ser otro de nuestros grandes aliados para dejar de roncar. Es un remedio que utilizaban las abuelas hace muchos años y que tiene una gran efectividad. Mezclaremos un vaso de aceite de oliva y 50 gramos de ruda en un recipiente hermético. Lo dejaremos tapado durante dos semanas, lo colaremos y lo guardaremos en un recipiente. Se aplica antes de dormir sobre las aletas de la nariz y el cuello. Los resultados pueden llegar a ser sorprendentes.
  • La cebolla es uno de los productos que no debe faltar en ningún hogar, no solo porque es indispensable para la cocina sino por sus propiedades para mejorar diferentes aspectos de nuestra salud. Es otro antiguo remedio usado por las abuelas que ayudará a reducir notablemente los ronquidos. La cebolla es excelente como descongestivo natural y puede acabar con la obstrucción de las vías respiratorias fácilmente. Para ello, hay que cortar la cebolla por la mitad y espolvorear sal sobre ella. A continuación la dejaremos sobre un plato en la mesita de noche. Seguro que te sorprende el resultado que se obtiene con este método tradicional.