En España la lechuga es de los alimentos más consumidos debido a nuestra gran dieta mediterránea. Existen una inmensa cantidad de lechugas que se consumen diariamente en nuestro país. Las cinco más destacadas son la romana, el lollo rosso, la iceberg, la escarola y la rúcula.

Existen determinados alimentos que se echan a perder enseguida, como por ejemplo la lechuga. Quizás te ha pasado más de una vez que cuando has ido a utilizarla se ha puesto algo pocha, así que este artículo te interesa pues te enseñamos cómo conservar la lechuga en la nevera por más tiempo.

Hay distintas formas de conseguir que las lechugas verdes aguanten un poco más y no tengas que desechar nada. No obstante, debes tener en cuenta ciertos consejos para lograr que se mantengan frescas desde la compra hasta que las consumas por completo. ¡Descubre cómo conseguirlo!

Cómo conservar la lechuga en la nevera

Uno de los trucos más efectivos para conservar la lechuga en buen estado durante más tiempo es mantener las hojas enteras. De manera que, si queremos utilizar una lechuga iceberg, mejor hacerlo de hoja en hoja que cortarlas.

Sin embargo, también es importante cuidar ciertos detalles como el corte, el lavado y su almacenamiento en la nevera para alargar su vida útil. Así lograrás una mayor higiene y, por lo tanto, una mejor conservación.

Antes de nada, es importante que conozcas la siguiente información sobre las lechugas verdes para comprender mejor cómo hacer que se mantengan frescas durante más tiempo. Verás, la lechuga es una hortaliza que crece a ras del suelo, lo que la convierte en un foco de infecciones.

Esto puede suponer además que tenga un alto porcentaje de contaminantes, pues no se somete a ningún tipo de cocción para eliminar los patógenos. Por otra parte, es habitual que pueda contener insectos, restos de tierra y suciedad que podrían contaminar tu cocina y los utensilios que utilices para manipularla.

Por lo tanto, conservar la lechuga en la nevera en perfectas condiciones es uno de los procesos más importantes de su conservación. Además, cuando hablamos de lechugas verdes nos referimos a un alimento fresco que necesita frío, por lo que es básico que la metas en la nevera o los patógenos podrían multiplicarse.

Cómo mantener las lechugas verdes

Si has adquirido una lechuga iceberg o romana, que son las que más suelen durar en el frigorífico, para que se conserve de forma óptima es importante seguir las siguientes recomendaciones:

  • En primer lugar, lava las hojas bajo el grifo con agua fría, y mejor hacerlo de una en una. Si lo prefieres, puedes desinfectarlas con unas gotas de lejía especial para uso alimenticio, pero no olvides enjuagarlas muy bien después.



  • Acto seguido, debes proceder a secar muy bien cada hoja. Para ello, puedes utilizar papel de cocina o un centrifugador de verduras en caso de que dispongas de uno.



  • A continuación, es recomendable colocarlas en un envase con un trozo de papel de cocina entre hoja y hoja, de este modo absorberá mejor cualquier resto de humedad.



  • Por último, la lechuga iceberg, o de cualquier otra variedad, debe mantenerse a una temperatura de refrigeración concreta, por lo tanto, debemos colocarla en el cajón destinado a las hortalizas. Esta zona es donde menos frío recibirá, de manera que es la que mejor se adaptará a sus necesidades y donde se conservarán durante más tiempo las lechugas verdes.

Si sigues estos consejos podrás conservar la lechuga en la nevera entre tres y cinco días. Si no la consumes toda al mismo tiempo y tienes que cortar sus hojas, es mucho más recomendable usar un cuchillo de plástico que uno de metal, pues de este modo retrasarás el proceso oxidativo.

Respecto a la lechuga lista para consumir que viene en bolsa, es cierto que suele durar más tiempo fresca siempre y cuando no la abras. Sin embargo, en cuanto lo hagas su tiempo máximo de conservación se reduce de forma considerable, de manera que en dos o tres días este alimento se habrá echado a perder si no lo consumes.

Por último, ten en cuenta que este tipo de lechuga que ya viene preparada, cortada y limpia, puede durar sin abrir en la bolsa unos siete días, pero debe mantenerse entre tres o cuatro grados hasta que la consumas. Este tipo de envasado desarrolla técnicas para preservar esa atmósfera protectora modificada, cuya ventaja principal es su capacidad para inhibir la producción natural de etileno, una sustancia responsable de la rápida maduración.

Trucos sencillos para conservar la lechuga

Quizás no lo sepas, pero existen más de 100 variedades de lechuga en el mercado, como por ejemplo la lechuga iceberg, la romana, cogollitos… Este vegetal se caracteriza por sus finas hojas y una caducidad bastante corta.

Por ello, debemos tener en cuenta tanto la humedad como el aire para conservar la lechuga en la nevera. Presta atención a estos trucos para su conservación que, en este caso, se hará introduciéndola en la nevera tal y como la hemos comprado y la iremos lavando poco a poco según vayamos a utilizarla.

  1. Compra las lechugas verdes y frescas, que no estén marchitas. Cuanto más verdes sean sus hojas mucho mejor.



  2. Una vez introduzcas en el frigorífico una lechuga iceberg o de cualquier clase, asegúrate de que sus hojas no toquen las paredes. Mejor colocarla dentro de una bolsa y en los cajones destinados a las hortalizas.



  3. Ve arrancando las hojas según las necesites, y mejor hacerlo con las manos para que no se deteriore ni se oxide demasiado rápido.



  4. No dejes nunca las hojas en remojo, mejor lavarlas y secarlas antes de consumirlas, a no ser que ya estén algo marchitas. En este caso, sí puedes dejarlas unos minutos en agua para recuperar parte de su frescura y consistencia gracias a la hidratación.



  5. No pongas la lechuga dentro de la nevera cerca de alimentos que desprendan gas etileno, como el plátano, los tomates o las manzanas, pues acelerarán su deterioro.



  6. Para finalizar, no congeles las lechugas verdes, las hojas se agrietarán y perderán su textura.

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