¿Pueden tener los restaurantes una lozana segunda vida? Por supuesto que sí, y al contrario de lo que se dice algunas veces, segundas partes sí fueron buenas. Este en concreto es el caso de Chifa, un concepto que al abrir sus puertas en 2012, revolucionó la escena gastronómica madrileña.

Precisamente en ese año, nacía este restaurante, como el hermano pequeño del mítico Sudestada, que antes de cambiarse de local, había ocupado este. Estanis Carenzo y Pablo Giudice, consiguieron conquistar paladares con sus sabores audaces y sabrosos y se convirtieron en los reyes de los dumpling y el curry. Pero las cosas cambiaron y tras el cierre en 2017 de Sudestada, le tocó también a Chifa, aunque éste se planteaba como un cierre temporal. Lejos de tocarlo y hundirlo, un año después abría totalmente renovado, con un lavado de cara y en una nueva etapa 2.0, pero sin olvidar el peso de su glorioso pasado.

Así es el nuevo Chifa

Nada ha cambiado, pero muchas cosas han cambiado en realidad. Aunque ligeramente imperceptibles, los cambios están ahí. El primero, el cambio de dueños. En esta nueva etapa, los hermanos Gil asumieron el devenir del restaurante. Y no eran ajenos a la casa. Julián, con una extensa formación y trabajo en restaurantes de Londres, Sao Paolo, Barcelona o Madrid, se encuentra al frente de la cocina. Por su parte, Luis Miguel, capitaneando la sala, ya había pasado por Sudestada, por lo que nada de esto le era nuevo y ha sabido muy bien cómo enfrentar esta nueva etapa. 

Siguen manteniendo vivo ese espíritu en la sala, con la decoración de siempre, con madera y grandes ventanales a la calle y una estética retro que nos hace pensar que estamos en otro lugar, con su cocina a la vista y un espacio coqueto y reducido para 24 personas. No hay manteles y los cubiertos se presentan en botes, para que cada uno use lo que más guste, palillos o cuchillo y tenedor. 

¿Qué se come en Chifa 2.0?

Chifa nació como un concepto que unía la cocina cantonesa con la peruana, pero pronto sus horizontes de expandieron más allá. Asia y latinoamérica, nunca habían estado tan cerca, proporcionando a todos los que se sentaba en la mesa, un viaje con el paladar, que difícilmente olvidarían. Lo mejor es que este espíritu de sorprender y de hacer una cocina rotunda y rica, siguen vivos en renovada etapa. 

La propuesta de Chifa se materializa en una carta corta, donde se renueva platos, pero otros clásicos de la anterior etapa siguen estando presentes. Y qué bien que lo estén. Prueba de ello son algunos como su ceviche de pescado fresco del día con dos ajíes, vieiras y pulpo, el escabeche filipino de bonito o sus más que célebres tallarines -hechos en casa con harina de trigo- salteados con cerdo ibérico y marisco. 

También hay recuerdos de Sudestada, con sus míticos Nem rán, unos rollitos vietnamitas con cerdo, marisco y setas, que acompañan de lechuga y hierbabuena o aquel curry que era motivo de peregrinación, su curry rojo Sudestada, de carrillada de vaca, leche de coco y guisantes dulces. 

Igualmente interesantes son todas las nuevas incorporaciones, como los tacos anticuchadados de cogote de cordero a baja temperatura y salsa de rocoto fermentado o unos picantes y sabrosos dumplings latinos con aceite de chile, de esos de los que comerse una docena. También sorprende el arroz chaufa, que se reversiona y ahora se prepara con kepac manis, pollo de corral, gambas, huevo y plátano. 

El punto dulce lo ponen sus postres, con guiños a recetas de latinoamérica como el bizcocho tres leches, que lejos de ser lo extremadamente dulce que suele hacerse, es liviano y combina a la perfección con el helado de mango infusionado con el que lo coronan. Otro buen final es el flan de queso con dulce de cacahuete. 

La propuesta líquida también es mencionable en esta casa. Además de coctelería como pisco sour, caipirinhas o Moscow Mule, cuentan con un extenso apartado de vinos por copa y una muy cuidada selección de vinos de Jerez. Si nos tuviésemos que quedar con algunos, serían indudablemente los de Equipo Navazos. 

Jornadas gastronómicas, cambios de carta... 

Lo más nuevo en Chifa, podríamos afirmar es que su carta no va a ser estática. Además de ir admitiendo nuevos platos, que no tienen porqué estar sujetos a la temporada, sino al gusto de los clientes, van a ir planteando diferentes jornadas gastronómicas efímeras. Por ejemplo, hasta el 9 de marzo, celebran sus jornadas del curry, con tres de éstos fuera de carta.

El curry es plato endémico de muchas cocinas alrededor del mundo y haciendo un homenaje a tres de ellas, cuentan con un curry verde thai, con bacalao skrei y berberechos, un curry negro de Sri Lanka, donde no utilizan la leche de coco o un curry amarillo y latino, de ajíes peruanos, pato y berenjenas, para quitarse el sombrero.