La comida puede llegar a lugares insospechados, incluyendo lugares tan remotos e inhóspitos como los desiertos. Y más si cuentas con un par de ruedas; sino que se lo cuenten a Carlos y Sylvana, al volante de la Cabaña de Pan & Chocolate, un food truck con el que desde hace un par de años se ganan la vida y para los que el parque de las Bardenas Reales, un paisaje desértico que ocupa 420 km al sureste de Navarra, se ha convertido en su casa. 

Allí aparcaron su camioneta en pleno diciembre de 2016, una valiente decisión ya que por esas fechas las temperaturas se desploman en la zona. Hacía frío, recuerda Carlos, pero “la ilusión y la motivación lo mueven todo”.

Junto a Sylvana, ambos trabajaron durante años organizando y llevando a cabo actividades deportivas y de ocio en el parque, pero animados por el creciente éxito de la street food o comida callejera, y por la necesidad de “un cambio personal hacia la sostenibilidad y resiliencia en su concepto más amplio” donde aspectos como el aprovechamiento de los recursos locales y el producto local pasan a ser prioritarios, decidieron emprender este viaje. 

Conscientes de la evolución del turismo de las Bardenas, que se ha situado en el mapa al haber servido de escenario a la ya histórica serie de televisión Juego de Tronos, sabían que el suyo era un servicio que haría falta cubrir, así que aprovecharon el tirón y se pusieron manos a la obra.

Lo primero fue la construcción del vehículo, para lo que recibieron ayuda de sus amigos Helen (interiorista) y David (arquitecto). Así diseñaron un food truck de color marrón, en sintonía con el paisaje, inspirado en las típicas cabañas bardeneras que se podían encontrar en los caminos que atraviesan el desierto y que en su día hicieron de posada a quien lo cruzaba. 

Mucho ha llovido, aunque allí no tanto, desde aquellos tiempos en que sus caminos eran considerados principales rutas de paso. El paisaje que ahora ocupa Merceditas, como han apodado a su food truck, se ha convertido en Reserva de la Biosfera.

Cerca de 42.000 hectáreas de zonas desérticas, formas sinuosas, barrancos y caprichos de la naturaleza como resulta ser el Castildetierra, símbolo de la Ribera Navarra, conforman un escenario sacado de una película del oeste que deja huella en todo aquel que lo visita. “Nacimos aquí; hemos crecido amando y respetando este maravilloso lugar y ahora, poder ganarnos la vida enriqueciendo la visita al parque es todo un lujo” confiesa Carlos. 

Si tiene algo de especial el apostar por esa forma de vida, “además del hecho de trabajar al aire libre ‘on the road’, es precisamente el lugar donde el food truck está ubicado, y por supuesto, ser los pioneros en el servicio de cerveza bien fría en el desierto...tiene su punto”, bromea Carlos. 

Cervezas locales y comida orgánica en la carta

Una cerveza artesana de la que pueden presumir y que cada vez más clientes agradecen encontrar en tan peculiar lugar, dice Carlos. “Desde el principio debía cumplir dos requisitos fundamentales: de calidad y km 0. Por eso elegimos todas las artesanas locales que nos caben: la Era, Solbella, IPA Santa Ana y la última incorporación, Cachobeer (hecha con alcachofa), son todas tudelanas"

Este es solo uno de los productos de la carta, en el menú cuentan con aperitivos como su buena tapa de chistorra y una selección de tostadas como la de pimiento de piquillo y de molletes bardeneros, hasta cuatro tipos distintos. Oferta suficiente para satisfacer tu apetito cuando el hambre comience a hacer su aparición. 

Llegar hasta allí no ha resultado sencillo, cuenta uno de los protagonistas de nuestra historia, una constante lucha por conseguir permisos, para poder operar en el parque, es tan solo una de las piedras que se han encontrado por el camino. “Después de tres años, desde el pasado mes de abril nos han permitido que aparquemos en las inmediaciones del centro de información del parque, en un punto conocido como "Los Aguilares".

Denuncian el tener que enfrentarse a leyes obsoletas ante el desarrollo de nuevas necesidades sociales y profesionales. Es una realidad con la que contaban, pero “la unidad de la familia y la determinación a la hora de elegir una opción laboral asequible y acorde con nuestra filosofía” han sido clave para que el negocio poco a poco vaya saliendo adelante.

Cada mañana, antes de poner rumbo al desierto, Merceditas se somete a una puesta en marcha para afrontar un nuevo día. Una rutina que comienza a las nueve y media de la mañana y termina casi doce horas después. Hay que comprobar que todo el material necesario para su puesta en escena funcione adecuadamente.  Equipos frigoríficos, mobiliario, grupos electrógenos, combustible…sin olvidarse, por supuesto, de la comida y bebida que se ofrece en la carta. Ni de las mesas, sellas y taburetes que conforman el mobiliario de la terraza.

Establecida la base, montan campamento, a expensas de cómo se comporte ese día el cierzo. La climatología cuenta, en ocasiones, también han resultado un hándicap. “Cuando te pasas el día en el campo te das cuenta de la cantidad de cambios que le ocurren al tiempo y de cuánto nos afectan.

En esta zona y durante todo un año, hay tantas horas de sol como de viento, y son muchas. Debemos estar alerta y siempre, orientar el camión al abrigo del viento dominante, ese día concreto. Por una parte, para poder trabajar dentro del vehículo y por otra para los clientes también esté protegidos. El viento trae polvo, otro de los elementos a combatir. Esos días hay que darle más a la bayeta para mantener todo bien limpio”.

Por no hablar del sol “qué bueno en primavera y otoño y que duró en verano. La inexistencia de árboles y por lo tanto de sombra, nos obliga a buscar otros mercados” argumenta Carlos. Precisamente, fue a los pocos meses de empezar a trabajar se dieron cuenta de que el verano suponía un nuevo replanteamiento de la idea.

Las pocas ventas consecuencia de un menor número de visitantes y las altas temperaturas que suponían un problema a sus equipos de frío fueron dos factores que llevaron a la pareja a poner rumbo a otras latitudes. Aunque la idea inicial era pasar el año entero en Las Bardenas “cambiamos de plan y nos sumergimos en el mundo de la feria y en las fiestas de los pueblos. Nada que ver con el parque. Otro tipo de cliente, otros horarios y nuevos problemas”.

Durante los meses de julio, agosto y septiembre, el food truck se mueve en un radio de 30 km y cuando las temperaturas vuelven a ser algo más soportables regresan gustosos al parque. “Creo que sí hubiese una sombrita para nuestro camión seguiríamos en Las Bardenas, también en verano. Sentimos que allí se valora mucho más nuestro trabajo gracias a nuestro producto local con el que elaboramos nuestros bocadillos gourmet. En las fiestas se valora más el cubata y lo de comer casi es por obligación” aclara entre risas. 

Ahora puedes encontrarlos en:

  • Dirección: Carretera a las Bardenas. 31513 Arguedas (NAVARRA)
  • Teléfono: 644 966 808  //  676 313 891
  • Email: lacabanapyc@gmail.com

De momento el freno está echado en el parque, pero no tardarán mucho en cambiar de rumbo, tan pronto como el calor apriete. Si quieres asegurarte de no perderles la pista, sígueles en su página de Facebook, en la que comparten su día a día.