Disfrutar de un refrescante helado al caer la tarde de un caluroso día de verano es un pequeño placer para niños y grandes. Una de esas golosinas que uno recuerda desde siempre y sobre la que no es raro escuchar anécdotas de nuestros mayores que, si bien es probable que ellos no pudiesen permitírselo con la frecuencia que les gustaría, a buen seguro que los recuerdan asociados a momentos felices.

Con los años hemos ido pasando de los tradicionales helados cremosos de nata, vainilla o mantecado, chocolate o fresa a disponer de todo un universo de sabores, texturas y formas. Hemos visto nacer algunos helados que llegaron para quedarse como los Calippo y otros que aunque ya no se vendan estarán en nuestro recuerdo para siempre como los Colajet o aquellos Frigurones que nos dejaban la lengua azul.

Los sabores de helados que más gustan a los españoles

En España, el 60% prefiere el cucurucho de barquillo a la tarrina o a los polos de hielo. Además de estas versiones tradicionales para comer el helado, destaca la inclusión del ice-cream waffle, en la que el helado se coloca sobre una base parecida a un gofre, y los polos de sabores de las heladerías artesanas.

En cuanto al momento del día preferido para tomar un helado, entre las 19:00 y las 23:00 horas y los jueves, viernes y sábados los días que más helados se consumen. 

En cuanto a los sabores, el top 5 de los más vendidos está liderado por uno de los clásicos, el helado de chocolate. Al éste le sigue el siempre refrescante helado de limón y, tras él, otros sabores más modernos como el mango o el sabor a galletas Oreo. En quinta posición se encuentra el sabor tradicional de vainilla

Muy de cerca les sigue el helado de chocolate blanco, que ha incrementado significativamente su demanda en el último año. La demanda de helados veganos y sin azúcar también ha sido una de las que han mostrado mayor crecimiento en los últimos tiempos. 

Todos estos datos aparecen en un informe realizado por Yump, la aplicación para móviles que funciona como una red social en las que los usuarios pueden compartir la comida para llevar que piden en establecimientos de hostelería, una tendencia conocida como Social Food Ordering que triunfa en Estados Unidos.

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