Las claves
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Generado con IA
La transformación digital y el auge de la IA exigen una nueva generación de centros de datos capaz de responder a una demanda cada vez mayor de servicios en la nube. Esto requiere un énfasis continuo en tecnologías más eficientes. Además, en este esquema, uno de los criterios atendidos con mayor detenimiento es el respeto al medio ambiente: reducir emisiones, emplear energías renovables y preservar los recursos naturales en aspectos como la refrigeración son aspectos clave que ya marcan el paso de algunas de estas infraestructuras.
Esta atención a la sostenibilidad es algo que Microsoft ha situado en el centro de su estrategia de centros de datos, un ámbito en el que prevé un crecimiento del 40% hasta 2027, con operaciones en más de 200 centros de datos a finales de 2026. Es una apuesta de futuro que añade potencia de computación y que, sobre la base de estos criterios sostenibles, incorpora nuevas prácticas de eficiencia, circularidad y simbiosis con el entorno para reducir la huella medioambiental y aportar beneficios tangibles a las comunidades anfitrionas. De hecho, la meta cuantificable de Microsoft como compañía para 2030 apunta a una triple dirección: ser negativa en carbono, positiva en agua y mantener un balance de generación de cero residuos.
La propuesta, además, toca a España muy de cerca, dado que Microsoft ha elegido Aragón para desplegar varias de estas instalaciones. El futuro en esta comunidad, a la luz de la experiencia de la compañía en contextos similares en otros países, augura no solo el cumplimiento de estos objetivos de sostenibilidad, sino también una integración en el territorio, tanto a nivel medioambiental como social.
Interior de uno de estos nuevos centros de datos.
Aragón, referente en la gestión del agua
Zaragoza es una ciudad que mira a su río, el Ebro, no solo como algo pintoresco, sino como una forma de vida en torno a la cual se ha articulado la actividad de sus habitantes. Por eso, con el celo que merece este privilegiado escenario, Microsoft ha priorizado la eficiencia en la gestión del agua.
Los nuevos centros de datos proyectados que se construirán en Aragón incluirán sistemas de refrigeración con circuito cerrado: el agua se introduce una sola vez durante la construcción y, desde entonces, se recircula continuamente entre los servidores y los sistemas de refrigeración, evitando consumos de agua adicionales para mantener temperaturas de funcionamiento adecuadas.
Además, el proyecto de Microsoft contempla medidas paralelas de gestión del agua, como la puesta en marcha de iniciativas de reposición hídrica, que buscan aportar más agua a las cuencas de la que se utiliza, integrando ahorro, monitorización y restauración como parte de estas operaciones.
Cuidado del agua más allá del data center
Sensor IoT para medir las condiciones del suelo.
Dos de estas iniciativas destinadas al ahorro de agua adquieren una relevancia especial por su enfoque innovador. La primera responde a la optimización del riego en siete explotaciones agrícolas, proyecto desarrollado junto a Agua Segura y con la tecnología de Agrow Analytics. En marzo de 2025, se inició un programa en 740 hectáreas de siete explotaciones agrícolas de Zaragoza empleando sensores sobre el campo e IA para el análisis de datos. Mediante un sistema inteligente, adaptado a la realidad del territorio, logramos reducir el consumo de agua en 115.000 m3 al año, además de un 12% de eficiencia del riego y un 15% productividad por hectárea.
Las fugas de agua en las redes de distribución son un problema recurrente y de compleja solución; sin embargo, la otra iniciativa impulsada por Microsoft en España, en colaboración con la Mancomunidad de Aguas del Sorbe y la empresa tecnológica Aganova, aborda este asunto mediante la esfera inteligente Nautilus. Se trata de un pequeño dispositivo que recorre las tuberías por dentro para identificar escapes en una red donde puede perderse hasta un 25% del agua potable, elevando la eficacia de las reparaciones.
Estas medidas son la punta de lanza de un conjunto de actuaciones para impulsar un modelo de eficiencia hídrica en entornos semiáridos, algo clave no solo para el buen uso de los recursos naturales, sino también para obtener una mayor aceptación social. Por otra parte, este enfoque práctico redunda en el incremento del valor de la economía local. Esta tecnología abre la puerta a una agricultura de precisión y a mayores sinergias entre sectores para impulsar la economía circular, la descarbonización local e, incluso, contribuir a los objetivos sostenibles de España de acuerdo con sus compromisos internacionales.
Parcela de regadío próxima al Ebro.
Modelos sostenibles ‘personalizados’
La apuesta de Microsoft por Aragón es interesante también porque revela una ambición de instalarse en zonas que, de alguna manera, representan retos muy distintos en cuanto al entorno natural. Esta filosofía se replica en otros lugares de Europa. Ocurre, por ejemplo, en Middenmeer (Países Bajos): allí, el diseño paisajístico y la biodiversidad han pasado a ser el punto de partida de los nuevos campus de centros de datos de la compañía, donde se plantaron 150 árboles autóctonos y 2.300 m² de vegetación, y se proyectan seis centros con biomímesis para integrarse en el entorno y minimizar también el impacto visual.
La selección de especies locales busca crear ecosistemas resilientes que mejoren la infiltración de lluvia, el control de la erosión y los hábitats, respondiendo a prioridades vecinales como el paisaje y la contaminación lumínica, que también marcan el diálogo en España.
La economía circular es otra estrategia plenamente vigente para reducir el consumo de recursos y ha tenido mucho que aportar en Newport (Gales). En este caso, se reutilizó un 10% del acero de una antigua fábrica, ahorrando 520t de CO₂, y se elevó al 74% el acero con segunda vida mediante proveedores reciclados, evitando 4.400 t adicionales, mientras se restauraban hábitats colindantes.
Esta línea también se extiende a la fase operativa: Microsoft ha enfatizado la circularidad de los componentes de sus centros de datos cuando quedan obsoletos. Cada elemento puede tener una segunda vida mediante reciclaje o reutilización, lo que permite evitar el consumo de materiales como plásticos o minerales escasos. La compañía cuenta con ocho centros dedicados a estas labores de recuperación en el mundo y, solo en 2024, alcanzó el 90,9% de reutilización o reciclaje de servidores y componentes, superando con un año de antelación el objetivo del 90% fijado para 2025.
Interior de un centro de datos.
Más energías renovables
El consumo de energía es, indudablemente, uno de los pilares de la estrategia de sostenibilidad de todos los actores de la sociedad. La electrificación ha marcado un antes y un después en muchos sectores, pero las renovables siguen en proceso de mayor integración y resiliencia. Para aprovechar el margen de mejora aún posible, Microsoft ha impulsado en Finlandia, Suecia y Dinamarca sistemas GUPS (baterías de respaldo que interactúan con la red) capaces de prestar servicios de regulación de frecuencia, manteniendo la calidad de la onda de 50 Hz.
Esta prestación convierte la infraestructura de respaldo en un activo de flexibilidad que facilita la descarbonización del sistema eléctrico, un modelo replicable a medida que España incrementa su capacidad renovable.
En los países nórdicos también se están conectando centros de datos a redes de calefacción urbana: en Espoo, Kirkkonummi y Kauniainen (Finlandia), un proyecto con Fortum prevé abastecer a unas 250.000 viviendas y empresas a partir de 2027, transformando aire caliente en agua a unos 30°C y elevando su temperatura con bombas de calor. Este esquema, también en despliegue en Dinamarca, inspira otras aplicaciones como invernaderos, que requieren temperaturas menores y permiten valorizar el calor con menos salto térmico.
Todo este conjunto de iniciativas y proyectos es ya una realidad. Traza de forma sostenible el futuro de unas instalaciones —los centros de datos— que se han convertido en infraestructuras imprescindibles para la vida diaria y que Microsoft está impregnando de un valor medioambiental. Y no solo en cuanto a su propia actividad, sino también, como en el caso de Aragón y de estos países europeos, en favor de las comunidades en las que se asienta.
