El crecimiento sostenible de las ciudades pasa, inevitablemente, por la transición hacia la ciudad inteligente o smart city: aquellas que son capaces de integrar la tecnología para mejorar sus infraestructuras y servicios. Las grandes ciudades fueron las primeras en implantar servicios inteligentes, pero desde hace unos años, municipios más pequeños como el de Catarroja (Valencia) también disfrutan de sus primeros servicios de smart city: iluminación LED con tecnología de control remoto

Inicialmente, lo que había en el municipio eran bombillas de vapor de sodio y de mercurio (tecnologías poco eficientes y de gran consumo), de las que se ha pasado a un 100% de iluminación LED con tecnología inteligente. Clece, filial de ACS, que posee una amplia experiencia en soluciones de suministro, fue la compañía encargada de desarrollar el proyecto de renovación del sistema de alumbrado en Catarroja. 

“Lo que se pretendía era simplificar y, con tres modelos de luminarias, cubrir todas las necesidades de alumbrado del municipio”, cuenta Jaime Jiménez, ingeniero industrial y gerente de Clece. En total, se han sustituido cerca de 4.000 puntos de luz con estas luminarias LED, “más estilizadas en diseño, más pequeñas, más ligeras, más manejables y, sobre todo, que incorporan un driver, un pequeño microprocesador que nos permite regular cada punto de luz”. Esta tecnología inteligente, que se denomina ‘punto a punto’, permite a los técnicos regular la luminosidad e intensidad por control remoto, de forma que se puede “ajustar la necesidad de luz casi de cada metro cuadrado”, lo que resulta muy útil, por ejemplo, para las festividades del municipio. 

Trabajos de renovación del alumbrado en Catarroja.

En Catarroja “la acogida del nuevo alumbrado fue muy buena. Ha habido plena satisfacción tanto a nivel ciudadano como con la administración municipal”, declara Jiménez. Cinco años después de la instalación, desde Clece pueden confirmar que “se han conseguido muy pronto los objetivos de ahorro y eficiencia energética, por lo que ahora mismo ya estamos en una fase más dedicada al mantenimiento de la instalación”.

La transformación del alumbrado ha tenido, y cumplido, tres grandes objetivos: mejorar la eficiencia energética (que ha derivado en el ahorro de costes para el consistorio), aumentar la calidad de la iluminación (para mayor confort de los ciudadanos) y ser más respetuosa con el medioambiente (reduciendo el consumo y las emisiones de CO2). 

Ahorro de costes y mejora de la eficiencia energética

La reducción de costes para el ayuntamiento, y por tanto para el ciudadano, es uno de los grandes beneficios que ha aportado la modernización de la instalación. “La iluminación suele ser una partida bastante importante de los presupuestos municipales. Si sumas el mantenimiento del alumbrado y el pago de los recibos, seguramente sea el segundo o tercer contrato por coste en un ayuntamiento”, argumenta el ingeniero. Las nuevas luminarias han permitido recortar significativamente la factura eléctrica al haber reducido el consumo más de un 50%, gracias a estos drivers de las bombillas que permiten su control remoto. 

Asimismo, se ha multiplicado la vida útil de las luminarias con respecto a las anteriores, lo que disminuye la necesidad de reposición de los equipos y reduce el número de averías, haciendo que el mantenimiento sea mucho más sencillo y económico.

Mayor confort para el ciudadano

Todo el diseño de la nueva instalación estaba orientado a proporcionar el mayor confort lumínico para los vecinos de Catarroja. Para ello se implantó luz blanca -más cómoda para la vista- en contraposición con las anteriores bombillas amarillas. Por otro lado, gracias a la tecnología de las nuevas luminarias se ha podido ajustar las condiciones de luz de cada vía, regulando el flujo de cada punto, lo que también ha permitido limitar la luz intrusa en los hogares procedente del alumbrado exterior. 

Respetuoso con el medioambiente

Catarroja se sitúa cerca de la Albufera de Valencia, entorno en el que se valora muy positivamente el cuidado del medioambiente. Las nuevas luminarias permiten direccionar el flujo de luz directamente hacia las calles, reduciendo enormemente la cantidad de luz que antes se emitía hacia el cielo, de manera que “ya no se contamina lumínicamente, lo que es una ventaja indiscutible para aves y otros animales”, apunta el ingeniero. 

Otro de los grandes logros de la nueva instalación ha sido la reducción de las emisiones de CO2 en un 70%. “Al consumir menos kilovatios consumes menos energía, cuya procedencia es mayoritariamente de combustibles fósiles, por ejemplo una central térmica”, explica Jiménez. El alumbrado LED evita al municipio la emisión de 727 toneladas de CO2 al año y se calcula que, al término del contrato, se habrá evitado la emisión de 11.000 toneladas de CO2 a la atmósfera

Un paso más hacia la smart city

“Este es el primer servicio de ciudad inteligente que se implanta en Catarroja, pero en su proyecto está previsto ampliar estos servicios”, señala Jiménez. La aplicación de la tecnología en los entornos urbanos es ya una realidad en las grandes ciudades y, poco a poco, también se está implantando en las localidades más pequeñas: “Raro es el municipio que a día de hoy no tiene un plan a medio o largo plazo para hacer inteligentes sus servicios municipales”. 

“En la smart city puedes controlar todos los servicios de forma que puedes saber en todo momento lo que se consume, hacer gráficos de la evolución, tener datos históricos…”, comenta Jiménez. En este contexto, la iluminación con control remoto y tecnología LED para optimizar el consumo eléctrico, como la implantada en Catarroja, puede ser el primer paso para convertirse en una ciudad inteligente.