Las claves
nuevo
Generado con IA
La Dra. Rodrigo, divulgadora en TikTok a través de su cuenta Medicina con Inés, describe la realidad más dura de la residencia en España. Su testimonio expone jornadas extenuantes, la dependencia económica de guardias obligatorias y una precariedad legal que compromete la futura pensión del personal sanitario. El relato reabre el debate persistente sobre el modelo MIR y su impacto en la estabilidad profesional.
El sistema de formación sanitaria especializada arrastra duras críticas por la sobrecarga y la baja remuneración. El relato de la residente aporta cifras concretas que, según sindicatos y otros profesionales, explican la creciente fuga de talento hacia Europa. Denuncia que para obtener un sueldo digno, el sistema obliga a soportar ritmos laborales que rozan el límite de lo humanamente asumible.
El testimonio desmonta la idea de que las guardias son voluntarias o un complemento flexible. Según explica, son obligatorias y asignadas directamente por el hospital, sin posibilidad de negarse a realizarlas. Hasta el punto de que la sobrecarga llega a ser extrema: "puede pasar que tengas 3 en una semana, incluso 4, lo que significa trabajar 96 horas en una semana con lo que eso supone".
Esa cifra refleja una precariedad estructural vinculada al agotamiento profesional denunciado previamente por médicas como la Dra. Aurora Santamaría. Un residente que roza las cien horas semanales afronta un "desgaste físico y mental perjudicial" que reduce la seguridad asistencial. Las guardias de 24 horas sin descanso suponen un auténtico ejercicio de resistencia física y emocional.
La Dra. Rodrigo subraya que estas jornadas no solo dañan al profesional, sino que incrementan el riesgo para los pacientes. "No es que seamos unos quejicas, es que luchamos por mejorar estas condiciones, y no solo por nosotros los médicos, sino también por vosotros los pacientes, porque un profesional agotado no puede rendir igual".
El origen económico del problema aparece al revisar el salario base del residente. La Dra. Rodrigo, ya en cuarto año de especialidad, detalla que, sin guardias, su retribución ronda los 1.200 euros netos. Sin embargo, la cifra asciende hasta los 2.700 euros con cinco guardias mensuales.
Esta diferencia de 1.500 euros depende exclusivamente de horas de Atención Continuada, convertidas en el pilar salarial imprescindible. Los sindicatos sitúan el sueldo neto base de un R1 entre 1.094 y 1.100 euros, cifra corroborada por otros testimonios recientes. Las guardias dejan de ser un complemento para convertirse en un mecanismo de supervivencia económica.
La denuncia adquiere mayor gravedad al abordar el ámbito jurídico. A pesar del enorme volumen de horas extraordinarias y de tributar IRPF, la residente señala que las guardias "no cotizan" a la Seguridad Social. Esto crea una doble penalización que afecta directamente a los derechos futuros.
El profesional trabaja más, asume mayor responsabilidad y se desgasta antes, pero ese esfuerzo fundamental no se convierte en derechos de pensión ni en protección contributiva real. Es una anomalía legal que castiga a la generación de médicos que sostiene la actividad asistencial en los hospitales públicos.
La búsqueda de condiciones dignas
El contraste europeo explica esta salida constante de profesionales formados con fondos públicos. En España, la hora de guardia para un residente se paga entre 7,75 y 9,80 euros netos, una cifra irrisoria comparada con los países vecinos. La baja remuneración evidencia una clara devaluación profesional.
En Italia, un médico puede llegar a cobrar 1.000 euros netos por un turno de 12 horas en Urgencias tras terminar la residencia. Esta retribución multiplica por diez la compensación por hora en España. Por su parte, la Dra. Santamaría testificó cobrar en Francia "tres veces más" con guardias voluntarias y mayor tiempo por paciente.
La Dra. Rodrigo responde con firmeza al argumento de que la vocación justifica los sacrificios. "Ser médico es vocación, sí, pero eso no significa que tengamos que normalizar condiciones de trabajo que son durísimas", afirma. Subraya que mejorar el sueldo base permitiría reducir la dependencia de jornadas extremas.
La única solución viable, según la residente, es reformar la estructura retributiva para devolver la dignidad a la profesión esencial. Ante esta situación, la profesional lo deja claro: "Yo elegí ser médica y cuidarte. Tan difícil es pedir que nos cuiden a nosotros".
